Los fuegos artificiales en Princess Street despidieron el Festival Internacional de Edimburgo, que ya se ha convertido en punto de encuentro de las artes de todo el mundo. Una vez más, la capital de Escocia ha vuelto a sorprender a todos aquellos que han estado esperando con entusiasmo una de las convocatorias culturales más importantes del Reino Unido y que, en esta ocasión, se ha celebrado desde el 9 de agosto hasta el 2 de septiembre.
España también ha encontrado un hueco en este festival. El coreógrafo Nacho Duato estuvo presente con su coproducción Gnawa, realizada por la escuela de Nueva York Juilliard Dance. Duato estuvo al frente de la segunda de las tres piezas (The Waldstein Sonata y Episode 31 completaron la puesta en escena de la compañía neoyorquina). El coordinador de Edinburgh Festivals, quien prefiere aparecer como X.R., explicó que en esa pieza «el objetivo del artista fue reunir en un fragmento todas las influencias que ha tenido España y transmitir los ritmos del Mediterráneo», indicó el coordinador.
Otro de los grandes artistas latinos que consiguió la atención masiva del público en Edimburgo fue el dramaturgo chileno Guillermo Calderón con su presentación de Villa+Discurso de la Compañía Teatro y Playa. Villa se basa en una discusión de tres mujeres sobre cómo reconstruir la Villa Grimaldi, principal centro de tortura y exterminio de la dictadura de Pinochet, en el que se plantean tres opciones: reconstruir la casa demolida de los militares, construir un museo moderno y, por último, dejar el centro vacío para el recuerdo. «Es una obra muy dura por el tema que trata. Me sorprendió mucho que el público era bastante mayor, gente muy interesada en la política y en la cultura de Chile. Leyeron los subtítulos sin parar, puesto que era en español y con mucho texto», afirmó la misma fuente, al tiempo que añadió que se trata de un director «muy comprometido con la política». «Su obra tuvo muy buena acogida y fue increíble», apostilló.
Amusements, de la compañía SleepWalk Collective, es el nombre de la performance que la artista española Iara Solano Arana interpretó en el el Edinburgh Festival Fringe. La obra, que tuvo una gran aceptación y cosechó buenas críticas, es intensamente sensorial. «La artista invitó a los usuarios a que se pusieran auriculares y narró en inglés, con un acento español muy marcado, las cosas que piensa y sus experiencias», contó la misma fuente.
Una combinación de artistas de todas partes han expresado sus sentimientos a través del arte, en uno de los eventos culturales más importantes del mundo, nacido en 1947. En opinión del coordinador, «es una manera de conocer las culturas, orígenes de cada país y de ver lo mejor de las artes escénicas, musicales, en un solo lugar». Y añadió: «hoy en día Edimburgo sigue mostrando su buena salud, ya que ningún festival del mundo se puede comparar a éste. Otro año más, mediante cifras se ha demostrado el aumento de participantes, compañías, y audiencia».