Los autobuses rojos de Londres se han convertido en un icono británico. No son utilizados únicamente como atracción turística, sino que todos los ciudadanos los utilizan para desplazarse por la ciudad. Este tipo de transporte público no es el más rápido, sin embargo es una forma cómoda y bonita de viajar de un lugar a otro de Londres.
Desventajas de los autobuses rojos de Londres
Los famosos autobuses londinense son cada año más lentos. Además, los ciudadanos cada vez confían menos en este transporte público. Durante la temporada 2015/2016 la velocidad registrada fue de 9’3 millas por hora. También ha caído la cantidad de pasajeros que confían en los autobuses, con una bajada de 3% por debajo de las cifras del año anterior. Las obras y la congestión de Londres son los culpables de las rutas ineficientes, y para contrarrestar estos problemas se ha incrementado el número de autobuses adicionales.
Desde el año 2013, 158 rutas de autobuses de Londres han visto una disminución de la velocidad en un 5%, mientras que 28 han superado el 10% de disminución. London TravelWatch ha pedido al alcalde Sadiq Khan priorizar el sistema de autobuses. Stephen Locke, el presidente de esta compañía, describe los datos como alarmantes y preocupantes debido al bajo rendimiento del servicio, y esto afecta a todos los londinenses. Los problemas suponen tiempo desperdiciado y frustración para los pasajeros lo que provoca la disminución de clientes en el servicio de autobuses.
Los coches antiguos tendrán que pagar una tasa.Los planes verdes de Sadiq Khan
Londres es una de las ciudades con más contaminación del mundo. Tras la llegada de Sadiq Khan, los planes para conseguir una ciudad más verde no han parado de crecer. Esto está provocando que se creen zonas verdes de autobuses, con vehículos que emitan menos emisiones contaminantes. Los planes incluyen cambios en la disposición de las carreteras, por lo que los autobuses tienen prioridad sobre el resto del tráfico y tienen como función reducir la cantidad de nitrógeno peligroso.
Entre otras medidas que ha propuesto el alcalde es la imposición de una tasa para los coches antiguos que circulen por el centro de Londres, así se previene la acumulación de gases contaminantes. Durante este mes se incluirán señales sobre la calidad del aire en todas las estaciones de metro y en las paradas de autobús, para que los ciudadanos puedan conocer los puntos de contaminación en cada momento por los lugares que concurren.