El acto de bostezar podría constituirse como un estado de alerta producido dentro de un grupo.Un estudio realizado en Italia demuestra que las personas tienen más probabilidades de dejarse contagiar por un bostezo cuando éste es producido por un familiar cercano. De hecho, este acto podría constituirse como un estado de alerta producido dentro de un grupo.
«Nuestros resultados demuestran que el contagio de bostezos es ante todo generado por la cercanía emocional entre individuos y no por otras variables, tales como género y nacionalidad», afirma uno de los investigadores.
En el estudio, los científicos observaron 109 hombres y mujeres y constataron los momentos en los que los sujetos bostezaban. Así, se descubrió que entre miembros de una misma familia había menos demora entre bostezo y respuesta, en comparación con los producidos entre amigos o entre conocidos y extraños.
Catriona Morrison, psicóloga de la Universidad de Leeds, afirma que estos datos podrían ser muy útiles a la hora de estudiar la evolución del cerebro humano.
Además, investigaciones anteriores con niños autistas ya habían dado algo de luz al misterio, constatando ahora sus resultados.
