Una investigación realizada en 131 países demuestra que la genética determina el nivel de felicidad de las personas
Un estudio de la Universidad de Warwick indica que los británicos están genéticamente programados para ser más infelices. El estudio, realizado por el Consejo de Investigación Económica y Social de las Ciencias Sociales en un total de 131 países, ha encontrado la explicación en la genética. Los resultados muestran que aquellas personas que poseen una versión más pequeña del gen que regula la cantidad de serotonina en el cerebro, suelen ser más infelices.
Los resultados muestran que los británicos, los franceses y los americanos están predispuestos a ser más cascarrabias que los habitantes de otros países como Dinamarca, Vietnam o Panamá. Los daneses, que suelen encabezar los rankings de felicidad, poseen una versión más grande de este gen, mientras que los británicos y los americanos tienen una versión más corta, hecho que les provoca una actitud más negativa.
El profesor Andrew Oswald, líder de la investigación, ha dedicado la mayor parte de su carrera a estudiar qué hace feliz a la gente. “De entre todas las naciones que hemos analizado, Dinamarca y Holanda son las regiones que tienen el porcentaje más bajo de gente con una versión pequeña del gen de la serotonina”, explica. “Sin embargo, a pesar de tener economías y gobiernos estables, el Reino Unido y los Estados Unidos son los países más gruñones”, añade.
El estudio pretende demostrar que la genética es el factor más importante, pero no el único. Oswald explica que para medir la felicidad se usan indicadores como los estándares educativos, la riqueza, la salud, el progreso económico y la satisfacción con el trabajo, así como también el tiempo, las guerras y la estabilidad política. El estudio también muestra que los jóvenes y la gente mayor tienden a ser más felices que la gente de edad media.