Los chimpancés prefieren compartir y no ser egoístas. /Aaron Logan.Un estudio reciente muestra la actitud altruista de estos animales con unas pruebas realizadas a siete hembras donde se daba a elegir entre compartir o no
Seguramente si han utilizado en los últimos días el Metro de Londres han visto la publicidad de un nuevo filme sobre ‘El planeta de los Simios’. En esta nueva cinta se podrá ver el inicio de toda esta historia, cuando los simios se sublevan contra los humanos por el uso que hacen estos sobre los primeros, ya sea en ridículas actuaciones en el circo, encerrados en zoológicos o, como ‘conejitos de indias’ en un laboratorio. Dicen que el hombre desciende de los primates, y seguramente, el ser humano comparte muchas características con estos animales.
Un estudio realizado por Yerkes National Primate Research Center ha demostrado que los chimpancés tienen la facultad humana de la generosidad, nada que ver con la imagen que daban los anteriores informes que los calificaban de egoístas. Estos datos han sido publicados en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.
Las pruebas han consistido en ofrecer a siete chimpancés hembra adultas elegir entre dos opciones: una que premiaba tanto al participante como a un compañero, y otra que premia sólo al participante. El resultado ya se lo pueden imaginar, los chimpancés elegían compartir. (Valga este ejemplo para hacer un llamamiento a la población del llamado ‘Primer Mundo’ a que ayude a países en vías de desarrollo. Mientras en ciudades como Londres cada día toneladas de alimentos en perfectas condiciones van a la basura en Somalia los niños mueren desnutridos).
Según ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ los análisis previos a este informe, que se ha publicado recientemente, estaban mal planteados y que por ello, el resultado siempre indicaba que estos animales relacionados con los árboles y los plátanos eran egoístas, nada que ver con las afirmaciones actuales.
Además, se destaca que los simios eran altruistas con aquellos compañeros educados y pacientes. Los alborotados e impacientes eran rechazados y se quedaban sin compartir el premio.