La amenaza terrorista en Reino Unido podría haber empeorado por los confinamientos del covid, ha sugerido el ministro de Seguridad del Reino Unido, Damian Hids. Hinds, diputado por East Hampshire y que se convirtió en ministro de Seguridad el pasado mes de agosto, declaró al Daily Telegraph que el hecho de que las personas hayan pasado largos periodos de tiempo encerrados durante los confinamientos, podría haberles empujado a la radicalización.
«Está claro que, lógicamente, cuando hay personas que pasan mucho tiempo en sus dormitorios frente al ordenador… Esto va a provocar que aumente esa pequeña proporción de personas que tenga un viaje oscuro», dijo Hinds al Telegraph. «Y como sabes, en Internet, si empiezas a hacer ese tipo de espirales descendentes, puedes acelerar la radicalización rápidamente con el material que te encuentras y con las personas con las que puedes entrar en contacto».
Desde que Hinds asumió el cargo, se han producido dos presuntos atentados terroristas. Por un lado, el asesinato del diputado Sir David Amess. Por otro, el ataque frente al hospital de mujeres de Liverpool.
La policía antiterrorista declaró este mes que había frustrado siete atentados terroristas «de última hora» desde el comienzo de la pandemia de coronavirus. Con ello, el número total de complots terroristas frustrados en el Reino Unido en los últimos cuatro años asciende a 32.
La amenaza terrorista en Reino Unido
Pero Hinds dijo que sería un error dar por sentado que se trata de terrorismo islámico. «Ha habido un crecimiento del terrorismo de extrema derecha también», explicó Hinds. «El terrorismo islamista sigue siendo una potente amenaza. Y también tenemos un buen número de personas que podríamos describir como de mentalidad mixta o poco clara o inestable».
«A veces coquetean con diferentes ideologías, diferentes grupos. Aparentemente son tipos de ideología muy, muy diferentes». Un informe de la CTED (Counter-Terrorism Committee Executive Directorate, por sus siglas en inglés) de este mes advertía que los extremistas habían «tratado de explotar las restricciones socioculturales relacionadas con la pandemia. Éstas han llevado a la gente de todo el mundo a pasar cada vez más tiempo online, reforzando sus esfuerzos para difundir propaganda, reclutar y radicalizar a través de plataformas virtuales».