Aumenta el paro en el Reino Unido, Francia entra en recesión y disminuyen las exportaciones en Alemania.
La insuficiencia de recursos económicos y la precariedad de la situación social continúan haciendo mella en un viejo continente que no consigue salir adelante. En el primer trimestre del año 2013 no sólo ha aumentado el número de desempleados en el Reino Unido a más de 2.520.000 personas, lo que supone una tasa de paro del 7,8%, sino que también en Francia el PIB se ha contraído un 0,2%, confirmando así la entrada en recesión de la segunda economía más importante de la eurozona. Alemania, además, ha perdido impulso al ver su potencial exportador disminuido en un 1,5%, según los últimos datos del pasado mes de febrero, siendo Francia hasta entonces uno de los principales receptores de bienes alemanes.
Hace más de un lustro desde que Europa se contagió del estallido de la burbuja hipotecaria de los Estados Unidos y todavía hoy sus consecuencias siguen frenando el crecimiento dentro y fuera de la eurozona. El devastador efecto que la crisis del 2007-2008 ha tenido en el Reino Unido no es, sin embargo, comparable con el resto de países del euro. Mientras que la economía británica sigue dando pequeños pero progresivos pasos hacia la recuperación, los cuales parecen irla alejando de la grave recesión vivida en el periodo 2008-2009, el conjunto de la eurozona registra retrocesos consecutivos y el empeoramiento es mucho más notable a nivel social. El 2013 ha comenzado en el Reino Unido con una subida del paro pero el crecimiento de la economía nacional, una de las más globalizadas del mundo, se mantiene más o menos estable desde el 2011 a pesar de las fluctuaciones.
En la eurozona, en cambio, las cifras reflejan caídas generalizadas y constantes. Los últimos datos de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, apuntan a una caída del PIB del 0,2% en los primeros meses del año. Los países del euro que más tiempo llevan arrastrando la recesión son España, Italia, Chipre y Portugal. Llama la atención la creciente desigual de la distribución de la riqueza en estos países, según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicado hace unos días. «Con un mayor desempleo y menores rendimientos de capital, la crisis aprieta los ingresos y ejerce presión sobre la desigualdad y la pobreza», señala la OCDE. Los que más han visto reducidos sus ingresos son los habitantes de países como España, Irlanda y Grecia; los que menos son Alemania y Austria. «En los tres primeros años de la crisis, la desigualdad en los ingresos del trabajo y del capital se incrementó tanto como en los últimos doce años», expone el estudio.
«La eurozona terminará por romperse, la recesión continuará y se convertirá incluso en depresión», advertía el cofundador del banco de inversión danés Saxo Bank, Lars Seier Christensen, hace unas semanas en una conferencia sobre la crisis del euro celebrada en las oficinas londinenses de la agencia de noticias financieras Bloomberg. «Bruselas dice que todo va bien porque el capital político invertido en la eurozona es muy alto y porque los beneficios de la misma nunca han llegado a materializarse», señaló el ejecutivo, «pero hay que ser conscientes de que la crisis no pasará así sin más».