La economía británica estará en recesión al menos hasta finales del próximo año, con una contracción del 1,3% prevista para 2023. En una nueva previsión económica, la consultora KPMG afirma que el Reino Unido ya ha entrado en una recesión «superficial pero prolongada», en un contexto de inflación continuada y tipos de interés más altos. El nuevo informe elevó su tasa de inflación prevista al 7% para el año que viene, tras haber pronosticado anteriormente un 5,6% para 2023. Yael Selfin, economista jefe de KPMG Reino Unido, afirmó que la subida de los precios de los alimentos y la energía este año ha mermado el poder adquisitivo de los hogares.
«Se espera que los hogares frenen el gasto en 2023, sobre todo en restaurantes y ocio, en respuesta a la reducción de los ingresos», ha dicho Selfin. «Las perspectivas podrían ser más positivas, sobre todo si el coste de la energía volviera a los niveles anteriores. Sin embargo, los riesgos están probablemente sesgados a la baja, dada la situación de las finanzas públicas», ha añadido.
KPMG cree que el país entró en recesión en el tercer trimestre de 2022, cuando las cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés) demostraron que la economía se había contraído un 0,2% entre julio y septiembre.
Una recesión también en el mercado laboral en Reino Unido
KPMG también predijo que el mercado laboral británico empezará a deteriorarse a partir del primer semestre del año que viene. La consultora ha advertido además que la tasa de desempleo, que subió al 3,7% en los tres meses hasta octubre, podría alcanzar el 5,6% a mediados de 2023. Esto representaría un aumento de unas 680.000 personas. A principios de mes, el Banco de Inglaterra elevó los tipos de interés al 3,5%, su nivel más alto en 14 años, y se espera que alcancen al menos el 4% en primavera.