El espíritu del Londres de ‘Quadrophenia’ y las vespas nunca ha desaparecido en la ciudad. Eran los años 50, donde a menudo había enfrentamientos entre los ‘mods‘ y los ‘rockers‘ y las chicas comenzaban a vestir las minifaldas de Mary Quant. Si a día de hoy preguntamos quiénes ganaron el terreno de la moda en esta batalla, la respuesta está clara: los ‘mods’ con sus parkas, sus Levi’s y polos de Fred Perry consiguieron instaurar una tendencia que a día de hoy, sigue presente.
Por aquella época también comenzaba el interés artístico y cultural, y las galerías de arte proliferaron. Por ello, el recuerdo de los ‘mods’ nunca desapareció de la capital londinense pero, desde no hace muchos años, consiguió penetrar también a nivel mundial.
Además de la moda y el arte, ahora, los modernos mantienen sus raíces, pero profundizan en intereses. Han evolucionado y han pasado a denominarse ‘hipsters’, llegando incluso a crear toda una subcultura de jóvenes bohemios altamente interesados por la tecnología y la cultura. ¿Están dominando el planeta? Es posible y, además, parecen saber también de economía.
El interés ‘hipster’ por el arte y la tecnología podría ser la solución tras el Brexit
Este colectivo inspiró al ministro británico Mateo Hancock que anunció una serie de medidas que considera necesarias para mantener a Reino Unido en buen posicionamiento mundial tras el Brexit. ¿Y por qué los ‘hipsters‘ podrían tener la solución? Según el ministro, el arte y la tecnología de la que goza Londres podrían ser las llaves que abran la puerta para el escalón económico inglés. De este modo, la creación, el diseño y el conocimiento tecnológico deberían fusionarse aún más para ayudar a la ciudad a salir del agujero y, a juicio de Hancock, ‘está en manos de los londinenses conseguirlo’.
Una Gran Bretaña abierta, optimista, artística y tecnológica será ahora la medicina que buscará el ministro para prevenir un desastre económico mundial. Parece ser que habrá que seguir y mantener las huellas de Carnaby Street, Abbey Road y los barrios artísticos londinenses para asegurarse no perder lo que tenemos en el bolsillo. Déjense barba, compartan comida ecológica en las redes sociales, abróchense hasta el último botón de la camisa y, sobre todo, acudan a museos para ayudar a levantar el mundo.