Viajar en el metro de Londres puede ser muy estresante, por lo que resulta muy fácil dejarse algo en el vagón. Muchas personas pierden con frecuencia en los trenes los teléfonos móviles, los bolsos y las carteras así como las compras, los carros de la compra, las llaves y los paraguas. Sin embargo, es aún más sorprendente la cantidad de objetos extraños que acumula la Oficina de Objetos Perdidos.
La Oficina de Objetos Perdidos aconseja a cualquier persona que pueda haber perdido un objeto que primero lo registre como perdido a través de un formulario online. Se debe proporcionar una descripción completa del objeto y cualquier detalle relevante que pueda ayudar a identificarlo y a demostrar su propiedad. El sitio web de la oficina dice: «Una vez que haya registrado su objeto perdido, podrá comenzar el proceso de identificación, cotejo y reencuentro con su objeto perdido».
Sin embargo, muchos objetos olvidados en el metro permanecen en la oficina durante años, y algunos de ellos pueden ser muy extraños. En declaraciones al Metro, un trabajador de Transport for London, cuyo trabajo consiste en recoger algunos de estos objetos perdidos ha declarado: «Nos han llegado urnas con cenizas, fajos de billetes, tenemos suficientes instrumentos musicales, guitarras y trompetas y flautas y clarinetes, incluso baterías para montar nuestra propia banda».
Desde zapatillas de baloncesto hasta semen de toro
La lista continúa con objetos como una cabeza de jabalí disecada, una máscara de madera tallada, una monja de juguete y una pierna protésica. Asimismo, la BBC anunció que un par de zapatillas de baloncesto de la talla 17, una peluca de juez y un gorila de peluche con camisa hawaiana en una silla de ruedas también estaban presentes entre los miles de objetos que se guardan en la oficina.
En 2021, una concursante del programa Beat the Chasers de la ITV reveló que había encontrado un frasco lleno hasta el borde de esperma de toro en un asiento de tren mientras trabajaba para la Oficina de Objetos Perdidos. Añadió, por si fuera poco, que además había encontrado un ataúd de dos metros.
