Se imponen por orden de altura The Shard en la zona de London Bridge, el One Canada Square de Canary Wharf y la Heron Tower en la City
Conocida ya como la Torre de London Bridge, The Shard se impone majestuosa entre los símbolos arquitectónicos que la capital del Reino Unido reúne. El recién inaugurado edificio de cristal, abierto al público el pasado 1 de febrero de 2013, se levanta a más de 310 metros de altura y es un complejo de viviendas de lujo, restaurantes, oficinas y habitaciones de hotel. Se trata de la nueva pieza del conjunto de rascacielos londinenses que compiten en altura, diseño y novedad con otras construcciones del mundo.
The Shard es el coloquio inglés para la expresión «vidrio roto» que hace referencia a la puntiaguda forma de su estructura acristalada, aunque también dicen que podría simular a un velero en el mar que llega a tocar el cielo. «Su impresionante arquitectura ha convertido al rascacielos en un referente mundial», asegura Baron Phillips, portavoz del London Bridge Quarter, cuyo complejo de edificios comprende ambos The Shard y el colindante The Place.
La obra, financiada prácticamente en su totalidad por capital qatarí, es la edificación más alta de la Unión Europea y, al puro estilo Empire State de Nueva York, ofrece unas vistas panorámicas de Londres por 25 libras la entrada. «Queríamos que los londinenses vieran al Shard como ‘su’ edificio y tomaran posesión de él», comenta Phillips. «Hace 9 semanas que ha sido abierto al público y está siendo un éxito indudable», añade. Según anticipa el London Bridge Quarter, el mirador del The Shard acogerá alrededor del millón de visitantes al año, estableciéndose así como la principal atracción de la capital británica tanto para población local como para turistas.
Justo en frente, las torres vecinas del otro lado del río Támesis, en la llamada City de Londres, son igualmente muy valoradas. Destaca la contemporánea Heron Tower que, con sus 230 metros de altura, no solo redefine el espacio metropolitano, sino que conjuga la visión global de la ciudad que representa.
«La Heron Tower fue diseñada para operar a nivel internacional», señala Lisa Ronson, directora comercial de Heron International, una de las empresas de mayor peso en la economía británica y la entidad propietaria del rascacielos. «El edificio combina el alto nivel de los espacios destinados a oficinas con la flexibilidad propia de restaurantes y bares abiertos al público y cuya oferta culinaria es internacional, desde la cocina británica y europea hasta la japonesa, brasileña o peruana», explica. De hecho, uno de sus restaurantes abre al público las 24 horas.
Fundada en el 2011, la Heron Tower alberga en el corazón de su arquitectura un gigantesco acuario con más de 60 especies de peces diferentes. Es el factor sorpresa del edificio más alto de la City y, además, proporciona una sensación relajante a su entrada. «El acuario está inspirado en la vida acuática de los alrededores de la Isla Heron, al noreste de Australia, cerca de la Gran Barrera de Coral, el mayor arrecife de coral del mundo», revela Ronson. «También ha sido utilizado para enseñar a niños de las escuelas locales», menciona.
El conocido Gherkin, término que significa «pepinillo» en referencia a su famosa forma, es quizás uno de los principales iconos arquitectónicos que caracterizan a esta zona financiera de Londres. Su nombre oficial es 30 St Mary Axe y es un edificio de 180 metros de altura cuya forma se parece mucho, por cierto, a la Torre Agbar de Barcelona, de 145 metros. El Gherkin se terminó de construir en el año 2003 por la empresa sueca Skanska y hoy pertenece a la alemana IVG Immobilien.
Y, sin duda, uno de los rascacielos más importantes de Londres es el One Canada Square de 235 metros de altura, siendo así el segundo edificio más alto de la capital británica por detrás del The Shard de London Bridge y por delante de la Heron Tower en la City. Propiedad del Grupo Canary Wharf, el One Canada Square forma parte del conjunto arquitectónico de la zona de Canary Wharf, otro de los puntos neurálgicos de la economía londinense, a menudo descrito como el Manhattan de Londres, y que crece a pasos agigantados.
Distintas fichas de datos para cada uno de los rascacielos que emerge en la ciudad, pero todos ellos con un mismo denominador común: el capital privado. Son construcciones que simbolizan la importancia político-económica propia de una efervescente metrópolis global como Londres, junto a otras ciudades como Tokio o Nueva York.
Un informe publicado por la consultoría de negocios PricewaterhouseCoopers (PwC) sobre ciudades globales subraya el papel clave de estas metrópolis como centros internacionales de innovación, de finanzas y de localización de las principales sedes de las grandes corporaciones multinacionales.
De manera que, a pesar del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en otros núcleos emergentes que desde los años 90 compiten a nivel mundial -dígase Delhi, Sao Paulo o Shanghai- y a pesar también de la actual recesión económica, ciertamente la ciudad de Londres sigue en la actualidad conjugando historia, economía y modernidad ante los ojos del planeta.