Desde aquel fatídico 15 de Abril de 1989, cuando 96 personas murieron en el estadio de Hillsborough, en Sheffield (Inglaterra), sus familiares han estado recordando a sus seres queridos y buscando respuestas, respuestas verdaderas de lo que allí sucedió, a la conocida como «tragedia de Hillsborough», y que ahora empiezan a encontrarlas.
Aquel día se enfrentaban el Liverpool y el Nottingham Forest, era un partido de semifinales de la Copa Inglesa. Según la versión oficial de entonces, la actitud violenta de los aficionados del Liverpool, muchos de ellos con grandes dosis de alcohol en el cuerpo, provocaron una serie de avalanchas de unos aficionados sobre otros que finalizó con el fallecimiento por aplastamiento y agotamiento de 96 de ellos. Ahora, como muchos familiares sospechaban, se empieza a saber que los principales culpables de aquella tragedia no fueron los aficionados.
Después de que el Gobierno de Cameron hiciese públicos 450.000 documentos clasificados, un informe independiente culpa del desastre a la policía y servicios de urgencia por no responder a tiempo y de manera adecuada, así como a los responsables federativos por permitir que se jugase aquel partido en un estadio con graves deficiencias en materia de seguridad. Este informe, del que se hacen eco hoy todos los medios ingleses y prensa internacional, ofrece algunos hechos escalofriantes como la actuación de la juez forense en aquella tragedia, que estableció que a partir de las 3.15 de la tarde todas las víctimas ya habían fallecido y no se podía hacer nada por ellos. Las autopsias practicadas sobre los muertos revelaron que en 59 casos sí que se podía haber hecho algo más por intentar salvarles la vida ya que no perecieron instantáneamente.
Las familias de las víctimas denunciaron durante años una conspiración de la policía, el gobierno de Margaret Thatcher, y la prensa británica, para ocultar la verdad de lo sucedido. 23 años después, David Cameron ha pedido perdón en nombre del país a las víctimas. La justicia empieza a llegar para ellos. Los aficionados del Liverpool que han soportado los gritos de «asesinos, asesinos» de algunas aficiones rivales durante este tiempo, exigen que, por fin, se descubra quienes fueron los culpables.