La Isla de Thanet, en el condado de Kent, es un destino costero ideal para escapar del acelerado ritmo de la ciudad
A menudo, la ajetreada vida londinense nos hace pensar en salir de escapada a algún sitio durante un fin semana y descansar del tráfico, las aglomeraciones de gente y, en definitiva, del frenético ritmo de la capital británica. Pero a veces buscamos esa calma donde no la hay, y el descanso y el relax perseguido se quedan en la maleta. La Isla de Thanet, en el condado de Kent (sudeste de Inglaterra), nos ofrece, tres pequeños pueblos muy próximos en la costa, en los que poder cubrir la añoranza de un fin de semana tranquilo sin renunciar ni al turismo, ni a la vida comercial ni al ocio. Estas tres poblaciones costeras son Margate, Broadstairs y Ramsgate.
La forma más fácil de llegar hasta allí es cogiendo un tren desde Victoria Station. Tarda unas dos horas en llegar a Margate y los precios rondan las 18 libras por trayecto. También se puede ir en autobús desde Victoria Coach Station; el precio es mucho más económico y tan sólo tarda media hora más en llegar.
Margate está a unos 110 kilómetros de Londres y allí se encuentra el punto de información específico para las tres localidades, por lo que es nuestro primer destino del fin de semana, donde además nos alojaremos y cogeremos un autobús local, conocido como el Loop. para ir a Broadstairs y Ramsgate. Tras haber visitado otras áreas costeras de Inglaterra, una de las primeras cosas que llama la atención es la playa, por su arena y su longitud. Pero el tiempo no acompaña demasiado y decidimos pasar por la oficina de turismo, que se encuentra justo en el paseo marítimo, para ver qué alternativas nos ofrecen.
Echando un ojo a los folletos de información, observamos que en muchos de ellos hablan de la Isla de Thanet. La chica que trabaja allí nos explica amablemente que así se llama el área en la que estamos porque hace unos 150 años estaba separada del resto de Inglaterra por un río, que, según dicen, en unos 20 años volverá a convertir esta zona en isla. Sus principales núcleos de población son justo los tres que vamos a visitar y, al parecer, hay mucho que ver si queremos aprovechar los dos días que estaremos.
Margate
El condado de Kent está poblado por varios molinos de viento y uno de ellos está en Margate. Como en el mapa parece ser uno de los puntos turísticos más lejanos desde donde estamos, decidimos ir en primer lugar allí. El Drapers Windmill, como así se llama, fue construido en 1845 y es el único que se mantiene de los que había en este emplazamiento. Nos cuenta un vecino de la localidad que estuvo funcionando hasta mediados de 1930, que recientemente se ha restaurado y se puede visitar gratuitamente para conocer cómo funcionaba. Pero no tiene un horario de apertura al público fijo y no tuvimos la suerte de poder acceder a su interior.
Nos acercamos entonces a la Shell Grotto, un misterioso lugar habitado por mosaicos de conchas. Los lugareños nos recomiendan fervientemente visitarlo, el precio son poco más de dos libras, pero el hambre ya aprieta y aún nos queda mucho que ver, por lo que lo que dejamos para otra visita y marcharnos a Broadstairs. No obstante, de camino al autobús pasamos por la casa Tudor, uno de los hogares más antiguos que se conservan en Margate; data de 1525, pero sólo puede verse por fuera.
La Dickens House, en BroadstairsBroadstairs
Cogemos el bus local que nos lleva a Broadstairs. Tardamos apenas 15 minutos en llegar a su calle principal, la High Street, que termina directamente en la playa. En esta calle se encuentran muchos de los pequeños restaurantes del pueblo, por lo que decidimos comer en uno de ellos el plato quizás más típico inglés, fish and chips.
Ya con el estómago lleno, nos ponemos de nuevo en marcha y nos dirigimos al paseo marítimo. Allí nos encontramos con la Dickens House, un pequeño edificio Tudor que fue ampliado en la época victoriana. Al parecer el escritor Charles Dickens frecuentó a menudo la zona y la dueña de esta casa, Mary Pearson Strong, fue su inspiración para el personaje de Betsey Trotwood en su novela David Copperfield. A finales del siglo XIX fue nombrada como Dickens House y se inauguró como museo hace casi 30 años. Dicen los lugareños además que la Bleak House, una casa cercana al ahora museo, era uno de los destinos favoritos de vacaciones del escritor.
El paseo marítimo de Broadstairs está compuesto por siete bahías. La más grande, justo enfrente de la Dickens House, fue originariamente llamada The Main Bay, pero actualmente se denomina Viking Bay. Un paseo por sus alrededores fue el final de un día turístico perfecto.
Ramsgate
El domingo volvimos a coger el Loop desde Margate para ir a Ramsgate. Tras unos 25 minutos, llegamos al puerto del pueblo. Justo ese fin de semana tenía lugar el Monster Bass Festival, un evento en el que el pueblo celebra sus conexiones con el mar. Pequeños espectáculos de títeres, mimos, cuentacuentos y atracciones alegraban la calle frente al mar. Aprovechando la ocasión, comimos en uno de los puestos de comida que había alrededor y nos adentramos un poco más en el pueblo. La Harbour Street nos introdujo en él y nos llevó directamente a la High Street. En estas dos calles se localiza la vida comercial del pueblo y los escaparates nos muestran algunos de los más extraños souvenirs que se pueden encontrar.
En Ramsgate existe también una réplica de un barco vikingo que navegó desde Dinamarca a Thanet en 1949 para conmemorar el 1.500 aniversario de la invasión de Britania. Pero se nos hace demasiado tarde para poderlo ver; en poco más de hora y media nos espera en Margate ya el autobús de vuelta a Londres.
Muchas otras cosas se han quedado fuera de nuestro ojo turístico, pero al fin y al cabo era un fin de semana de relax. Cuando vuelva a surgir la necesidad de huir del ajetreado, y caótico a veces, ritmo de la ciudad, volveremos a la Isla de Thanet a descubrir todos los misterios que esconde. A poder ser, cuando el buen tiempo acompañe para disfrutar de alguna de las 15 playas y bahías de arena de las que presume.