Tras la emisión de un reportaje en la televisión pública china sobre las irregularidades en la cadena McDonalds y el grupo de supermercados Carrefour, ambas compañías han tenido que pedir perdón al país.
Al parecer, en el documental se podía observar cómo se recogían y se vendían alimentos recogidos del suelo y alitas de pollo en mal estado, por parte de un establecimiento de McDonalds localizado en un barrio acomodado de Pekín.
Este hecho produjo un gran revuelo entre la comunidad pekinesa y provocó el cierre de ese restaurante. La vicepresidenta de McDonalds en el país, Sophia Luan, tuvo que reconocer que hay «fisuras» en las actividades de la cadena. «Desde hoy, rectificaremos las operaciones de más de 1.400 restaurantes de China,» afirma Luan.
Sin embargo, no sólo se ha producido este hecho aislado. El supervisor de seguridad alimenticia, Yan Chuanyan, aseguró que hay otras irregularidades en la cadena de comida rápida. «Los contenedores no estaban cubiertos y las tapas de las hamburguesas – almacenadas a temperatura atmosférica – estaban mezcladas con otros ingredientes, lo cual viola las reglas.»
Carrefour no se queda atrás. A pesar de que no se vio perjudicado por los temas que acompañaban al McDonalds, tuvo que disculparse públicamente por vender productos cuyo etiquetado corresponde a fechas incorrectas, así como pollo de categoría media como si fuese de alta.
