Servicios de inspección y análisis del agua en Gran Bretaña han sido capaces de trazar un mapa del país en función de los elementos que puedes encontrar en el agua del grifo. Científicos que trabajan para dicha organización han advertido de la presencia de elementos que nadie esperaría encontrar en el agua corriente como Ibuprofeno, estrógenos o determinadas bacterias.
Así, en grandes zonas urbanas es posible localizar restos de medicamentos como el citado analgésico, Carbamazepine (utilizado para el tratamiento de la epilepsia) e incluso cocaína en pequeñas cantidades. El elevado consumo de medicinas y drogas en el Reino Unido, que ocupa la segunda posición del mundo en ingesta de ambos elementos tan sólo superado por Estados Unidos, sería la explicación a esta situación. Parte de estas sustancias es eliminada a través de la orina, y a su vez trazas de ésta es reintroducida en el suministro de agua a pesar de la utilización de intensivos tratamientos de purificación.
En zonas agrícolas el elemento nocivo cuya presencia es más significativa son los pesticidas, utilizados para eliminar insectos que puedan afectar a los cultivos pero que inevitablemente se filtran al subsuelo incorporándose al agua de consumo humano. Del mismo modo, metales pesados como el cobre han sido localizados en zonas con industrias cercanas. Por otra parte, la presencia de plomo se presenta de forma más aislada. Éste ha sido localizado en casas construidas antes de la década de 1970, década en la que su utilización fue prohibida, y puede deberse a que en dichos hogares parte del sistema de tuberías no ha sido substituido, con lo cual se producen transferencias de dicho conducto al agua corriente.
A pesar del impacto que dicha información pueda tener, científicos de la propia institución han confirmado que la presencia de dichos elementos es tan pequeña que no pueden tener impacto en la salud humana, e insisten en que la totalidad del Reino Unido goza de agua potable e indicada para consumo. Los equipos utilizados para llevar a cabo los análisis químicos y físicos del agua son tan precisos que permiten la localización de unidades de microgramos por litro. No obstante, llevar a cabo ciertas prácticas como dejar reposar el agua durante al menos 30 minutos para permitir que el cloro utilizado de evapore, evitar el uso de agua caliente directamente del grifo para beber o cocinar así como la utilización de filtros de carbono ayudaría a disminuir la exposición a dichos elementos.