La diseñadora de joyas madrileña afincada en Brighton impulsa en el mercado inglés su nueva línea Dita Stones
Muchos profesionales de la joyería continúan investigando y experimentando con nuevos materiales, crean con delicadeza nuevas formas, intentan desarrollar nuevas técnicas con caprichosos diseños para acercarse más a la idea original de este oficio tan antiguo como la misma historia de la humanidad. Se trata de una profesión que siempre ha caminado más cerca del arte del mercadeo, donde la intención inicial es la de agradar. Personas que trabajan con las emociones, como la joven madrileña Mercedes Fernández que con 8 años de trabajo dentro del mundo de la joyería, decidió embarcarse en un viaje sin fecha de retorno para desarrollar su arte en otros lugares fuera de España.
Estamos al sur de Inglaterra, es un día soleado en el que hemos quedado con Mercedes para tomar un café; ha traído consigo una antigua cartera de cuero que contiene un buen puñado de hermosas y originales piezas de artesanía que ella misma ha diseñado. Con su carácter entusiasta nos habla mientras nos va enseñando sus trabajos cuidadosamente envueltos en papel de seda. Mientras nos cuenta los detalles, va colocando sus piezas sobre la mesa, son obras de pura artesanía que brillan y cambian de tono bailando con la luz; son los trabajos de su nueva línea Dita Stones, caracterizada por una hermosa sencillez.
¿Cómo ves la situación actual en España, en cuanto al diseño y la producción de joyería?
En general las principales ventajas de la joyería en España es que cuenta con una mano de obra altamente especializada y desarrolla una amplia gama de productos de alta calidad, a través de grandes firmas como Carrera y Carrera, Suarez o Festina. A ellos se suman los grupos de diseñadores que trabajan de forma autónoma, y que son los que mejor representan al mundo de la joyería actual. Si bien en este grupo, donde yo me situo, es realmente difícil abrirse un hueco, ya que en muchas ocasiones el cliente prefiere ir a las grandes firmas antes que adquirir una pieza de un nuevo diseñador que no es conocido.
En relación con lo que acabas de comentar, ¿Qué crees que se tiene más en cuenta a la hora de adquirir una pieza de joyería, la materialidad de las joyas, el diseño o el nombre?
A la hora de comprar joyería, los españoles se decantan más por las firmas con un nombre reconocido, que por un desconocido diseñador o joyero. No obstante, siempre se encuentra un público más interesado en adquirir piezas únicas o más personalizadas, incluso en muchas ocasiones estas se desarrollan conjuntamente entre el diseñador y el cliente. El cliente colabora directamente también en la realización de las mismas, sin perder por ello una alta calidad. El problema radica que para mucha gente existe un claro desconocimiento de la existencia de estos diseñadores, en cierto modo es porque en España no se fomenta la apertura a nuevos negocios.
Hablando de ti, ¿Cómo entraste dentro de este mundo?
Siempre me interesó el arte, en especial la arquitectura y la pintura, lo cuál me apasiona. Desde pequeña en mi casa siempre se me ha inculcado, en gran parte por mi padre, el amor por el arte. Es por ello que acabé realizando el Bachillerato de Artes en la escuela de Artes nº 3 de Madrid, donde tuve mi primer contacto con la joyería, ya que la escuela está especializada en el Oficio de Joyero. Posteriormente acabé realizando el Módulo de Diseño de Joyería, completando mis estudios con un año más en el Gremio de Joyeros de Madrid, lugar donde aprendí el oficio de Engastador, puesto que para mí las gemas son el punto inicial de muchos de mis diseños.
Es de ese punto inicial, las gemas, de donde nace Dita Stones…
Sí, en Dita Stones las piedras son las protagonistas, puesto que aportan personalidad y calidad a las piezas. En concreto las gemas proporcionan un valor único por su color, talla y naturaleza propia. Un valor que va muy unido a la marca.
¿Por qué decidiste a viajar a Inglaterra?
Fueron varios factores los que me impulsaron a viajar a Inglaterra. Lo primero fue que era algo que siempre he tenido en mente, el viajar y conocer otras culturas, pero que al final siempre iba aplazando por compromisos laborales. Cuando comenzó la crisis en España, el estudio de joyería Nuria Llamas, donde trabajaba como asistente de diseño, cerró debido al descenso de ventas de la alta joyería. También afectó a mis propias piezas, que se vendían en diferentes tiendas de Madrid, como la galería Laura Márquez o el Mercado de Fuencarral. Tras capear la situación por dos años, en el 2010 decidí venirme a Inglaterra y abrir un nuevo mercado con la línea Dita Stones.
¿Contenta con el resultado de tu trabajo en Londres?
Estoy contenta por la aceptación que está teniendo en los diferentes mercados de Londres, como el de Spitafields o el Apple Market, donde poco a poco se va dando a conocer mi trabajo.
¿Tienes pensamiento de afincarte en la capital británica?
Es una posibilidad, quiero ir viendo como van las cosas, aunque no descarto viajar a otros lugares, como a la República de Indonesia, en donde me gustaría poder también aprender las técnicas de joyería más antiguas y artesanas. No obstante, por el momento todavía tengo mucho que aprender aquí.
Más información: derroche-joyas.blogspot.com