Londres sigue consternada por el asesinato a sangre fría del soldado británico durante la tarde del miércoles.
El Ministro de Defensa ha anunciado que la víctima es Lee Ribgy, baterista del segundo batallón del Regimiento Real de Fusileros. Rigby, de 25 años, fue asesinado a manos de dos extremistas musulmanes cuando volvía a los cuarteles de Woolwich, al sureste de Londres.
El asesinato del baterista ha dejado un gran vacío y dolor en el cuerpo de tambores, sus compañeros han dicho de él que era una persona muy vital, muy conocido, querido y respetado en el Segundo Regimiento de Fusileros. «Un hombre atrevido y de buen humor, siempre dispuesto a hacer una broma para alegrar el ambiente» afirmó su capitán Alan Williamson.
Lee deja huérfano a su hijo Jack, de dos años. Un padre cariñoso al que se le ha privado disfrutar de la vida y de todo lo que había conseguido con grandes esfuerzos por el fanatismo sinsentido de dos hombres sin escrúpulos.
Sus compañeros le han rendido homenaje en su ciudad natal, Manchester y más de un millón de personas se han unido en una página de Facebook en honor del soldado.
La policía sigue investigando si se trata de un acto terrorista o de un asesinato aislado. De momento cuatro personas han sido detenidas y se está llevando a cabo una inspección en la casa de Michael Adebolajo, el principal precursor del asesinato del soldado británico.
La comunidad musulmana residente en Reino Unido teme una oleada de venganza contra los musulmanes por los grupos de extrema derecha. Un miedo por un juego de «ojo por ojo y diente por diente» como describió el asesino Michael Adebolajo cuando intentaba justificar su brutal y enfermizo comportamiento.
Más del 4% de la población residente en Reino Unido apoya la religión musulmana, según la prensa británica un número considerable de familias temen represalias racistas. Muchos padres han acompañado a sus hijos hasta el colegio e incluso algunos han preferido no llevarles.
La Asociación de Musulmanes de Gran Bretaña está recibiendo emails de amenazas y ha distribuido una guía de «precauciones a seguir» a todas las mezquitas del país.
David Cameron ha intentado echar un mano a los musulmanes centrando su discurso de esta mañana en «la traición al Islam» que ha sufrido la comunidad por parte de los extremistas.
