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Museo Británico: De Fra Angélico a Iron Man. Dibujos del Renacimiento Italiano

Tottenham Court Road. Dos enormes carteles tientan al viajero, uno junto al otro, con los eventos de la temporada: la exhibición de dibujos del Renacimiento Fra Angélico to Leonardo: Italian Renaissance Drawings – en el Museo Británico del 22 de abril al 25 de julio – y el flagrante estreno de la esperada Iron Man 2 – en cines desde el 30 de abril.

A simple vista a nadie se le ocurriría emparejar al maestro Miguel Ángel con un héroe de cómic americano capitalista y algo déspota. Pero el hecho de observar ambos carteles “mano a mano” mientras se espera al grupo que, como de costumbre, llega tarde, da pie a las divagaciones. Quince minutos más tarde, uno queda convencido de que ambos son tan inseparables que la sola idea de independizarlos se difumina velozmente entre el gentío de la estación.

La nueva exhibición del Museo Británico Fra Angélico to Leonardo: Italian Renaissance Drawings reúne las dos colecciones de dibujos renacentistas más importantes del mundo. El evento trae al público alrededor de 100 trabajos firmados por Fran Angélico, Botticelli, Leonardo da Vinci, Mantegna, Miguel Ángel y Tiziano en una exposición que, en sus primeras semanas de vida, ya se ha llevado varias calificaciones de cinco estrellas.

Junto a los trabajos de la Galería Uffizi de Florencia se exhiben los de la propia colección del museo, en la sala de lectura, bajo su muy conveniente cúpula renacentista. El objetivo es guiar al visitante por el desarrollo de estos dibujos, llamados cartones, que se usaban para prepararles el terreno a las grandes pinturas y frescos de los pintores de la época. Más tarde en el siglo XV, estos cartones se convirtieron en obras de arte por sí mismas, especialmente con la llegada de la imprenta entre 1460 y 1480 desde el norte de Europa.

Y es aquí donde Iron Man – y para ser justos, toda la tradición e historia del cómic, especialmente de superhéroes – entra a “jugar” con los maestros renacentistas. O viceversa.

Con la llegada del Renacimiento a Europa se retoman los cánones de la Cultura Clásica – con sus héroes y sus dioses – para dejar de lado el dogmatismo Gótico. Su coincidencia temporal con descubrimientos e inventos que cambian la concepción del mundo y que ayudaron a la descomposición del teocentrismo, lleva a los artistas a adherirse al Humanismo más espléndido. Pintura y escultura hacen del ser humano el centro de su adoración artística e incluso la arquitectura deja de alzarse indiferente hacia el Cielo, para volverle la cara al hombre. El hombre- dios. El hombre-superhéroe. El Tony Stark-Iron Man.

Como objeto de análisis central, los renacentistas dedican cartones y cartones a estudiar la anatomía humana, sus movimientos, tensiones, proporciones y texturas. Sobre estos cartones, maestros como Leonardo, se daban libertad para una “lluvia de ideas” pictórica en la que vestimentas y extremidades se bocetan con velocidad, en meros borradores hechos a tinta. “Uno puede sentir la emoción de cuando sus plumas corrían sobre el papel a una velocidad tal que pudiera mantener el ritmo del flujo de ideas.” – Comenta el director del Museo Británico Neil Mac Gregor en sus introducciones al evento. Curioso que Mac Gregor mencione el papel. No es pura coincidencia, ya que la exhibición también se centra en el desarrollo de éste como alternativa a la vitela, mucho más cara. Sobran las palabras para decir lo que la expansión del papel, de la mano de la imprenta, significaron para el posterior arte gráfico.

Como referencia la muestra posee un dibujo de Piero Pollaiuolo datado alrededor de 1470, el cual representa el rostro angelical de la Fe. En él, los contornos se perforan con un pequeño punzón, lo cual después permitía copiarlos – o imprimirlos – en un cartón mayor esparciendo polvo de tiza. Por cierto, tampoco es coincidencia que el nombre “cartón” recuerde al inglés “cartoon” para los dibujos animados…

El uso y desarrollo de esta tendencia de boceto rápido y creativo de la que habla Mac Gregor, nos hace pensar sin duda en la manera en el que se dibuja el cómic. He aquí entonces el germinado del que luego se alimentaría el dibujo moderno. El tebeo es el maestro del boceto a la vez que explota al máximo el uso de la anatomía humana. Toda clase de superhéroes en poderosas posiciones y torsiones de lucha, por no mencionar la atención que se dedica a la anatomía de la mujer que aparece tanto como aliciente del héroe o como heroína propia. No olvidemos que la Cultura Clásica rendía fiel devoción a sus diosas-heroínas. Esta técnica tan ligada al cómic, sería aún más desarrollada durante el posterior Manierismo del que, por supuesto, se benefician también nuestros personajes de papel. De sus excentricidades están llenos los cómics: héroes pintorescos y villanos deformes; por no hablar del evidente uso del Claroscuro, que si en el Renacimiento surgió como ayuda imponente al expresionismo de la imagen, en el cómic toma el lugar de las palabras; herramienta tan útil en un arte cuyo objetivo es contar la historia más compleja sin apenas recurrir al texto. Llegados a este punto parece apenas obvio mencionar lo que el descubrimiento de la perspectiva pictórica en este período significa para toda la pintura y dibujo posteriores. Juzgue el lector por sí mismo.

Mientras el retrasado grupo se acerca a lo lejos, uno aún está empeñado en seguir sacando conclusiones de la más extraña pareja del año. La crítico de arte del Times, Rachel Campbell-Johnston, decía algo sobre el evento que bien podría seguir dando pistas acerca de las relaciones entre Fra Angélico y Stan Lee, creador de Iron Man. “Mientras examinamos los estudios de un hombre en la horca, de Pisanello, en sus distintos estados de descomposición, o vemos las evocaciones luminosas de Leonardo, con un niño que sujeta un gato en apuros en el brazo, estamos observando de cerca el mundo privado de la imaginación del artista.” Después de todo, quien al menos no se imagina ya que cualquier superhéroe de tebeo va de la mano de los claroscuros más íntimos de sus creadores de carne y hueso. Humanistas devotos de unos dioses clásicos que han sido modernizados en perspectiva.

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