Las tecnologías avanzan en el mundo del fraude en cajeros automáticos. Se han detectado nuevas formas más sofisticadas de robo de dinero y datos que no implican la utilización de los llamados skimmers para la copia y reproducción de las tarjetas de crédito.
El método «contactless», más seguro que nunca
El skimming es una práctica habitual en este acto delictivo. Se trata del copiado de la banda magnética de la tarjeta de crédito en el momento de la transacción. Para ello se utiliza un aparato muy pequeño y difícil de detectar, el skimmer, que usa la tecnología de los propios cajeros automáticos para leer la banda magnética de las tarjetas.
Sin embargo, este tipo de fraude ha llegado más lejos y ahora no es preciso la utilización de este dispositivo para conseguir el mismo fin. De esta manera surgen los shimmers, otros artefactos, aún más pequeños y casi imposibles de detectar. Estos artilugios se insertan dentro del lector del cajero automático y son capaces de copiar toda la información de la tarjeta bancaria, incluyendo el número PIN. Estos datos se extraen, por parte del criminal, una vez que éste haya insertado otra tarjeta especial en la que instalará la información descargada.
El problema de esta nueva forma de robo es que no se puede ver a simple vista, mientras que un skimmer se puede detectar desde el exterior. Los shimmers han comenzado a funcionar en Canadá y la policía está alertando a usuarios del mundo entero de los peligros de esta práctica. «Algo tan elaborado, sofisticado y profesional lleva la firma de una banda de crimen organizado», declaraba Michael McLaughlin, de la Royal Canadian Mounted Police.
Sin embargo, aún se puede prevenir el robo mediante el uso del «contactless» que tienen incorporado la mayoría de las tarjetas bancarias en Reino Unido. Esto es debido a que la transaccion de información bancaria por parte de las tarjetas, mediante esta operación, es mínima.