Los ciudadanos británicos con obesidad podrán solicitar pagos en efectivo por parte del Gobierno. Para ello, deberán realizar una cierta cantidad de actividad física, como caminar o correr, y demostrar progreso a través de dispositivos portátiles. Y es que una investigación, publicada en el British Medical Journal, demostró que 1,6 millones de singapurenses habían participado en un plan respaldado por el Gobierno de Singapur. Al realizar una cierta cantidad de pasos, los participantes ganaban puntos que podían canjear por recompensas por valor de hasta 10 dólares. El experimento ha funcionado. Ahora Downing Street quiere seguir el ejemplo de Singapur y hacer uso de incentivos financieros para impulsar a las personas a llevar una vida más saludable y activa.
El ministerio de Salud de Reino Unido otorgará un total de 70 millones de libras a los ayuntamientos ingleses para pagar el tratamiento de hasta 700.000 personas con sobrepeso u obesidad. En los tratamientos se incluirán cursos ,se podrá optar a entrenar con un entrenador personal y se podrán recibir incentivos económicos. El empresario británico, Sir Keith Mills, ha declarado que los incentivos motivarán a muchas personas a comer mejor y llevar un estilo de vida más saludable.
Medidas contra la obesidad en Reino Unido
Las cifras arrojan una cruda realidad: dos tercios de los adultos británicos sufren obesidad o sobrepeso. El primer ministro, Boris Johnson, ha decidido a emprender acciones significativas contra la obesidad. Después de su paso por el hospital el pasado año por Covid, ha apoyado la última medida del gobierno británico contra la obesidad. Johnson ha adelgazado desde que ingresó en el hospital y afirma que “perder peso es difícil, pero hacer pequeños cambios puede marcar una gran diferencia.» «Podemos reducir nuestros propios riesgos para la salud y aliviar la presión en el sistema sanitario”, añadió.
La directora de la campaña ‘Action on Sugar‘, Katharine Jenner, declara que “aunque ya existen servicios de apoyo efectivos para el control de peso, son muy limitados, con extensas listas de espera. Por lo tanto, es necesario que los servicios de nutrición estén adecuadamente financiados y señalizados para que su efectividad a largo plazo se controle adecuadamente».
Las consecuencias de la comida basura
Orla Delargy, directora de Sustain, declara que varias multinacionales alimenticias tienen un interés estratégico en aumentar sus ventas de comida basura. Orla Delargy: “El gobierno ya eliminó por completo los impuestos sobre el azúcar de caña y ha hecho que sea más fácil y barato importar comida basura como galletas, pizzas, gofres y dulces. Si la política comercial del Reino Unido permite que nuestros mercados se inunden con alimentos baratos e insanos, podría empujar a las familias pobres hacia la obesidad».