El tribunal británico de Apelaciones ha decidido que el movimiento Occupy London deberá desalojar las inmediaciones de la catedral de San Pablo, desestimando el recurso de los manifestantes contra el fallo que un tribunal inferior, el cual daba luz verde al ayuntamiento de la City para que echase a los indignados.
Ahora es cuando las autoridades pueden proceder a desalojar a las decenas de personas que llevan acampadas en la zona desde hace cuatro meses.
El pasado 18 de enero, el Tribunal Superior dio la razón al ayuntamiento y le otorgó una orden judicial con el fin de tomar medidas contra los acampados, arguyendo que las medidas previstas para el desalojo eran «legales y proporcionadas». Los manifestantes, por su parte, afirmaban que estos mandatos violaban sus derechos. Sin embargo, tanto el Tribunal de Apelaciones como la Corte Superior creen que esta expulsión no los vulnera.
El proceso judicial estuvo marcado por los argumentos del movimiento Occupy London y las asambleas de los indignados en España. Así, los manifestantes afirmaron que no sólo su presencia no tuvo efectos negativos para la catedral, sino que también favoreció al turismo, ya que muchos visitantes mostraron el apoyo al movimiento.