David Claud
El Ibérico
Hablar de Pablo Milanés es hablar de música, de historia, de romanticismo, de política, de compromiso… Sí, una de esas personas que lo ha dado todo por la música y que a sus 71 años y tras sacar nuevo disco se dispone a dar una nueva gira por toda España incluyendo Londres casi como una parada más dentro de su gira ibérica. Con motivo de su próximo concierto el 25 de febrero en el Barbican, nos sentamos con Pablo a charlar sobre todas esas cosas que envuelven su persona.
Pablo Milanés, natural de Bayamo (Cuba) 1943. Si no me equivoco casi 65 de tus 71 dedicados a la música. ¿Se podría presentar en dos líneas?
Soy músico y comencé a cantar a los seis años, a componer en la adolescencia y todavía me ilusiona poder seguir haciendo canciones.
¿Y podría resumir en otras dos todo lo que la música le ha dado a usted?
La música es mi vida y por lo tanto le he dado y recibido todo de ella. No podría asumir mi vida de otra forma: me ha dado amigos, me ha permitido conocer lugares, gentes, y me permite expresarme como ser humano -en todos sus aspectos (social, político, amoroso, espiritual…- y llegar a los demás.
Las enciclopedias hablan de usted como uno de los máximos exponentes de la Nueva Trova Cubana. ¿Me podría contar un poco que fue este movimiento?
La Nueva Trova fue consecuencia del desarrollo de la música cubana desde el siglo XIX hasta los años 60 del siglo pasado. Una de esas etapas fue el feeling -movimiento importantísimo de los años 40 que capitanearon César Portillo de la Luz y José Antonio Méndez- pasando por los inicios de la nueva canción que ya se engendraba desde los años 1963 y 1964 a través de jóvenes hoy desconocidos y olvidados, pues la mayoría no viven en Cuba (Martín Rojas, Armandito Romeu, el pianista Cancañón, Rembert Egües, Armandito Zequeira, otros como Eduardo Ramos, Gustavo Casal, Maggy Prior, Freddy González…). Componíamos y nos mostrábamos nuestras canciones con mezclas de armonías neobarrocas y feelinescas en una esquina del barrio habanero del Vedado, en noches inolvidables que al mismo tiempo fueron forjando la esencia de lo que oficialmente fue llamado como movimiento de la Nueva Trova a partir de 1968.
Imagino que en todo aquello nació Yolanda. ¿Alguna vez pensó que aquella canción le fuese a dar tan bellos momentos?
Lo cierto es que cuando escribí esa canción en el año 1970 no creí que fuese a tener la trascendencia que ha tenido, eso nunca se puede calcular. Ahora mucha gente me dice que así le han nombrado a sus hijas porque se enamoraron con esa canción.
Hábleme de su cita en Londres…
Realmente no he estado tantas veces en Londres. Esta será la cuarta vez que trabaje en una ciudad que me ha fascinado. Tocar en el Barbican es un privilegio y me siento que vuelvo a un lugar querido, reconocido, pues siempre me he presentado en este escenario.
Después de más de 45 discos ¿qué tiene Renacimiento que no tenían sus anteriores trabajos?
Con este disco he ido recuperando géneros que están más olvidados o en desuso en la cultura musical cubana. Los combiné y los engrané con otros géneros que para mí son parte de fundamental de mi obra como es la música renacentista y la barroca. Estas expresiones, como la conga, el guaguancó o el changüí, son profundamente cubanas y he querido realzarlas y demostrar que desde lo más local se puede trascender y convertirse en propuestas universales. Han sido varios años de trabajo pero estoy muy satisfecho con él y me fascina ponerlo en escena.
Mirando su agenda, parece que lo de Londres es una cita más dentro de su gran gira española. Como sucedió en Cuba, ahora somos muchos los jóvenes inmigrantes españoles aquí. ¿Qué les diría a todos ellos?
La mayoría de las veces los jóvenes se van por razones económicas a buscar nuevas oportunidades. Pero el ahínco y la insistencia es lo que los ayuda a triunfar. El exilio de cualquier tipo no es bueno para nadie porque independientemente de dejar tu tierra, dejas a los tuyos, amigos, familiares… y eso crea un desarraigo que solamente se puede compensar con un triunfo personal en su trabajo o proyección social.
Y volviendo a nuestro país, ¿qué ha sido y es España para usted?
España es un país que quiero y disfruto muchísimo. Desde que empezaron mis giras internacionales a finales de los años 70 no ha pasado ni un solo año que no vaya. Allí tengo un público maravilloso, unas amistades entrañables y parte de mi familia.
Ana Belén, Victor Manuel, Joaquín Sabina, Aute… ¿Qué le dicen todos estos nombres?
Son esos amigos que siempre me acompañarán. Grandes y talentosos músicos que han marcado también una parte importantísima de la historia de la música en España y que tengo el honor de poder compartir con ellos.
Aunque no sé si sabrá que quien realmente es famoso en estos días en España es un tocayo suyo, Pablo Iglesias. ¿Qué opinión tiene sobre él y sobre su movimiento político Podemos tan a menudo comparado con los gobiernos revolucionarios latino-americanos?
Sí, conozco a Podemos y entiendo que su popularidad haya aumentado ante el descontento que la sociedad tiene, hace ya tiempo, con las instituciones y los partidos políticos conocidos hasta ahora. Realmente las viejas fórmulas de la política están vencidas y se necesitan nuevos proyectos y quizás Podemos haya encajado más entre una gran parte de la población que se ha vuelto escéptica ante los partidos tradicionales. El recambio y escuchar nuevas propuestas es un ejercicio muy sano.
Como cubano, ¿cree que pronto empezarán los cambios en Cuba o cree que los cambios ya se están sucediendo?
Creo que Cuba se ha ido cambiando o transformando un poco en los últimos años, pero este tipo de reformas han sido más bien un maquillaje y hasta ahora no se le han dado oportunidades reales al pueblo de mostrar su talento y creatividad sin dependencia externa. Espero que este momento sea el ideal para dar al pueblo esa oportunidad.