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¿Para quién es la London Fashion Week?

¿Cómo de cerca sigues la moda? Si te gusta estar al día de las últimas tendencias, sabrás que la “London Fashion Week” (LFW SS15) se celebró del 12 al 19 de septiembre y que los diseñadores,  los modelos y sus séquitos se trasladaron después a Milán (17 – 23  septiembre) para llegar finalmente a Paris (26 septiembre -1 octubre). Si disfrutas de estos eventos posiblemente hayas visto algunos de los «momentos clave” de la LFW- muchos de los cuales se proyectaron en 19 estaciones centrales del metro- e incluso te hayas unido a la multitud en el patio de Somerset House, la principal ubicación de la LFW.

¿Pero para quién fue exactamente la LFW y quién se beneficio más de ella? El ES elogió el evento – y la exposición simultánea en Oxford Street (apoyada por Selfridges, Topshop, House of Fraser, Warehouse o Gap») – como un «gran espectáculo» que «promovió nuevos talentos y congregó a las personas influyentes más veneradas del mundo”. Caroline Rush, la presidenta ejecutiva del Consejo Británico de la Moda (BFC),  fue citada por el ES haciendo hincapié en que «los diseñadores británicos están desafiando los límites de los medios sociales y digitales para acercar la moda a un público más amplio». El Guardian señaló que el sector de la moda del Reino Unido está en auge y que “tiene un valor de £26 mil millones este año en comparación con £21 mil millones en 2009″.

El diario «Metro», no obstante, fue un poco más escéptico. En su «Buffler’s Guide», escrita por una “persona con información privilegiada” el 12 de septiembre, se describieron los shows y presentaciones como parte de «una industria altamente comercial que trata de conseguir alguna apariencia de credibilidad cultural” y como “una oportunidad para un enorme número de selfies«. Una descripción un poco dura, tal vez, aunque muchos de los asistentes a las pasarelas estaban efectivamente sacando más fotos de ellos mismos que de las modelos. En opinión de Metro, las pasarelas hoy en día no significan nada, ya que «rara vez se exhibe ropa para ser usada en la aburrida vida real».

La columnista de moda de The Guardian, Jess Cartner-Morley, parece estar en desacuerdo con este punto de vista, subrayando (el 13 y 17 de septiembre) que «los zapatos planos predominan ahora tanto dentro como fuera de la pasarela» y que «las sandalias, mocasines, alpargatas y zapatillas deportivas están en todas partes «, llevándolas incluso las «celebridades que ocupan los asientos de primera fila”. En este contexto, también señaló que «atrás quedaron los días en los que preocuparse de cuántas modelos caerían de bruces mientras se tambaleaban como crías de jirafa en sandalias de seis pulgadas».

De acuerdo con el Metro, muy pocos comentaristas de moda hacen críticas negativas de los Shows. Esto se debe a que supondría «la disminución de los ingresos por publicidad» y por lo tanto no quieren «morder la mano que les da de comer». El Metro afirma que los diarios mantienen la apariencia de «integridad editorial» elaborando «un hábil léxico de dobles sentidos».

Mientras tanto, la comentarista de moda Rachel Montague-Ebbs ha declarado en el «Huffington Post» que ya no necesita «dar besos falsos, esperar en colas interminables para espectáculos con retraso o luchar por conseguir un taxi para llegar a tiempo al próximo desfile». Prefiere sentarse en casa con su café en la mano, un cuaderno y su portátil y ver las pasarelas “retransmitidas en directo». Aunque ella misma reconocería que no es lo mismo ver  todo por televisión que vivirlo y sentirlo en persona (al igual que ocurre en un partido de fútbol).

El preludio a la pasarela de “Unique” el 14 de septiembre en el TopShop Space Show cerca de Kings Cross fue, por ejemplo, un completo tumulto: multitud de fotógrafos  rodeando a la «estrella de los medios sociales» Alexa Chung y al jefe de TopShop, Sir Philip Green; un bar obsequiando  vino, ensalada, buñuelos de crema y  helados de champagne; y luego una estampida a los asientos supuestamente asignados cuando las luces se apagaron para el Show. The Guardian  mostró su entusiasmo al día siguiente hablando de una «Colección Unique que podría ser usada directamente desde la pasarela» – colección que incluía «vestidos de fiesta en satén con un toque de los años veinte, faldas plisadas plateadas y pantalones negros ajustados con cintura alta en estilo rockero combinados con ceñidas chaquetas escarlata».

Al inicio de la LFW SS15, el Evening Standard  apuntó que 82 diseñadores darían a conocer sus colecciones y anticipó más de 5.000 visitantes. En el último día (16 de septiembre), el «Irish Examiner» proclamó que el evento había estado «lleno de expresiones audaces, trajes complejos y estrafalarios atuendos. También publicó su lista de 7 momentos “OMG” (Oh Dios mio!), que incluyeron la «artesanía» del israelí-letón Fyodor Golan, el estilo «extraterrestre» del turcochipriota radicado en Londres Nasir Mazhar, el «retroceso al Flower Power de los anos 60» de Henry Holland (de Manchester) y el VIN + OMI Show en el Hotel Cumberland en Marble Arch, para lo que el Irish Examiner simplemente «no tenía palabras».

La articulista de “estilo y cultura pop» del Huffington Post, Kate Lawson, describió estos últimos, el VIN (Ingles) + OMI (de Singapur), como «pioneros visuales, sin miedo a experimentar y crear sus propios códigos de diseño». Pero no eran sólo los espectaculares trajes y el ingenioso maquillaje facial lo que hacía de su ‘Muestra’ algo realmente especial: las modelos parecían estarse divirtiendo realmente, sonriendo, haciendo muecas, incluso sacando la lengua a los fotógrafos al final de la pasarela.

A lo largo de LFW ES15 hubo varias casetas situadas alrededor del patio de Somerset House, ofreciendo “Bebida de Belleza”, un «concepto brasileño en 8 sabores investigado por el ‘conocido’ laboratorio italiano “Farcoderm Bienestar Probado » en colaboración con la Universidad de Pavía» y que constituye «el perfecto  accesorio de supervivencia para ganar la belleza de adentro hacia afuera». Su folleto afirmaba que sus neveras suministraban más de 13.000 botellas a los equipos de diseño, los modelos y las celebridades”. La bebida (según ellos) consigue un «20% de reducción en las arrugas profundas, aumenta en un 11,6% la elasticidad de la piel y un 23% su firmeza». Uno de sus empleados, sin embargo, confió en privado que posiblemente habría  que consumir por lo menos 20 botellas del producto antes de que se notara cualquier mejora significativa. Una buena muestra de que en la LFW, como en muchos otros acontecimientos de esta envergadura, no siempre es oro todo lo que reluce.

Colin Gordon

 

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