Uno de los gansos canadienses de la Universidad de Roehampton.«¿Animado para ahuyentar a los gansos canadienses?». En caso afirmativo, declaro Time Out London el pasado 10 de abril, había un trabajo ideal disponible. Fue solamente por dos días (14 / 15 abril), de 9 a 5 de la tarde, a £6.31 por hora, con atuendo «casual» . ¿Cuáles eran los deberes, el trabajo?: Expulsar a la gran cantidad de gansos canadienses que actualmente ocupan el hermoso Campus de la Universidad de Roehampton.
¿Cómo lograrlo? Persiguiendo a los gansos con una bocina y «persuadirlos a volar». ¿Qué requisitos se requieren? Como el London Evening Standard señalaba el 11 de abril, los candidatos tenían que ser «físicamente capaces de acosar a los gansos a un ritmo rápido y no tener miedo de ellos». Así mismo, los que tenían «poca experiencia en ornitología» contarían con «una formación completa».
Roehampton no es la única niversidad británica que ha sido «sitiada» por estas aves. En mayo de 2013, el Coventry Telegraph informó que el personal de la Universidad de Warwick había tomado medidas para estabilizar la población de estos gansos en el campus «después de ver un video en YouTube de un ganso enojado que atacaba a dos estudiantes». Las estimaciones sobre la presencia de esta especie en Reino Unido van desde los 55.000 ejemplares (según La Encuesta de Aves Humedales) a 96.000 (según Natural England) pasando por los 120.000 (según John Allan del Laboratorio Central de Ciencias). The Guardian va más allá citando la predicción del British Trust for Ornithology que predice que la cantidad de gansos de Canadá en Reino Unido aumentaría hasta los 200,000 durante esta década -en comparación con los 3.600 que sólo había en 1953- . El ave fue (según Daily Mail) importada al país desde las colonias de América del Norte en 1665 por el rey Carlos II «como ornamentos para su jardín de Londres, hoy conocido como St James Park».
Ahora, ¿qué hay que hacer para reducir el número de estas aves? La Sociedad Para la Conservación de los Gansos Canadienses (CGCS), con sede en Newport, Gales, se opone radicalmente a la matanza de la que es tolerada al mismo tiempo por la llamada Sociedad Real para la Protección de las Aves (RSPB). De acuerdo con las CGCS, los gansos de Canadá «son padres dedicados que nunca dejan a sus crías desprotegidos». Por otra parte, destaca la sociedad, «no son racistas, se mezclan y se cruzan felizmente con otros tipos de gansos». La CGCS aboga por «humanas medidas de control», tales como carteles aconsejando al público no darles de comer. Estas aves, aparentemente, prefieren el fácil acceso desde y hacia las zonas de agua, por lo que la construcción de vallas de al menos 18 pulgadas de alto y la plantación del largo y fuerte césped festuca, alrededor de lagos y grandes estanques, actúa como un elemento de disuasión.
Algunos comentaristas de los medios, sin embargo, son mucho menos entusiastas acerca de los gansos de Canadá. Según la opinión de Rory Knight Bruce, del Daily Mail, «aunque puedan parecer majestuosos cuando planean en el aire, se convierten en una terrible molestia en el suelo, ensuciando lugares públicos y devastando los cultivos». Su colega Robert Hardman, los describió como «las aves más repugnantes en Gran Bretaña», principalmente porque «la mugre que producen cada 40 segundos es una amenaza pública», debido a su tendencia a «colonizar las zonas cercanas a los seres humanos».
Ambos periodistas se refirieron a la autora de libros de cocina, Prue Leith, quien sugirió que las aves «deben ser servidas en los restaurantes y que están mejor a la parrilla con salsa teriyaki». Su revelación de que había «recogido unos cuantos huevos recién puestos por Gansos Canadienses cerca de su estanque de jardín» y luego los había mezclado con un poco de ensalada de lentejas y col evidenció que había violado la Ley Sobre la Vida Campestre y Silvestre de 1981. Bajo esta ley, según John Allan, se está cometiendo un «delito de capturar, matar o herir a los gansos de Canadá , dañar sus nidos o huevos o molestarlos en su lugar de reproducción. Cualquier técnica de control que consiste en romper el estado de protección de los Gansos requiere una licencia de la autoridad gubernamental competente». Está permitido, sin embargo, dispararles durante la «temporada de caza» (septiembre 1 hasta enero 31) por «personas que actúan con la autorización legal de los terratenientes».
El documento del Dr. Allan evalúa además, un rango de técnicas aprobadas para ahuyentar los gansos de Canadá entre las que se incluyen cañones de gas, grabación de llamadas de aves, generadores de sonidos artificiales, espantapájaros, molinos de viento, espejos giratorios, barreras sembradas, repelentes químicos o hasta hervir o aceitar los huevos. Mientras tanto, en la Universidad de Roehampton el pasado 15 de abril solo se podía ver a una estudiante solitaria con una bocina frente a los pocos gansos de Canadá que quedaron.