El pasado viernes la Primera Ministra británica, Theresa May, retrasaba la salida de Reino Unido, una vez más. Este es el último retraso del Brexit que deja a Gran Bretaña de forma nominal en la Unión Europea. De esta forma, la próxima fecha propuesta para abandonar la UE es para el 31 de octubre. Gracias a esto evitan una salida precipitada y tienen más tiempo para encontrar una opción y un acuerdo valido para su salida.
En este contexto, los negocios británicos están atravesando una época gris. Este periodo es uno de los peores para las empresas del país desde el referéndum de 2016. Y es que, 8 de cada 10 lideres financieros, creen que la situación a largo plazo irá a peor. El grupo de contabilidad, Deloitte, ya ha advertido que la preocupación sobre el impacto que tendrá el Brexit a largo plazo es creciente. La mitad de los altos cargos financieros esperan controlar el reclutamiento y los gastos para solventar la situación. Deloitte ha encontrado que, solamente el 13% de los directores de finanzas, son optimistas y creen que su empresa irá a mejor.
Preocupación ante el Brexit y sus posibles efectos en los contratos laborales
El pesimismo sobre los efectos del Brexit, a corto plazo, se ha instalado y está muy presente. En su estudio, Deloitte, entrevistó a un total de 89 líderes financieros. Casi la mitad, un 49% de los directores financieros, esperan que su gasto de capital se reduzca. Del mismo modo, el 22%, creen que van a tener que recortar sus fusiones y sus actividades de compra. Además, más de la mitad de los altos cargos financieros, un 53%, esperan reducir sus contrataciones en el personal. ¿La causa de todo ello? El Brexit. Muchos afirman que la salida de Reino Unido de la Unión Europea va a afectar a los trabajos de hoy en día y, por tanto, a las personas. Sin embargo, esto acarreará sus consecuencias a largo plazo también para los jóvenes del futuro.