Philip Hammond, cancilller del Exchequer, ha advertido que de «no producirse un acuerdo de comercio con la Unión Europea, Reino Unido tendría que pedir prestados 80 billones de libras» durante la próxima década. Tendría que hacerlo porque las consecuencias de no firmar nada con la Unión Europea supondrían un agujero en las finanzas públicas del país por valor de esos 80 billones. Con sus declaraciones, Hammond ha vuelto a escenificar la división interna del Partido Conservador.
Porque la advertencia contradice las palabras del ministro británico para el Brexit, Dominic Raab. Este anunció ayer la hoja de ruta del Gobierno en caso de que no haya pacto. Una serie de consejos técnicos a empresarios, ciudadanos, órganos públicos y demás. Consejos sobre cómo actuar tras un Brexit no consensuado con Bruselas. Raab sugirió se está exagerando con los efectos negativos que supondría salir de la Unión Europea «a malas». Hoy, Hammond, ha hecho todo lo contrario.
NEW: On the day Dominic Raab tried to reassure the UK about the consequences of a no deal Brexit, Philip Hammond has sent a bombshell letter to Nicky Morgan saying it would have ‘large fiscal consequences’. Cat meet pigeons. pic.twitter.com/ohc413oePv
— Jack Maidment (@jrmaidment) August 23, 2018
El canciller no se ha quedado corto, ni perezoso. Ha sugerido que la «comida y bebida, la ropa, los coches o la venta al por menor van a ser sectores negativamente afectados a largo plazo». Además, Hammond, piedra angular del Gobierno de Theresa May, ha confirmado que en el gabinete se sabe, se intuye al menos, que un Brexit sin acuerdo va a ser «un golpe fuerte a la economía y a las condiciones de vida de los británicos».
Leavers acusan a Hammond de «alarmista»
Tras las declaraciones incendiarias de Philip Hammond, muchos leavers han salido al paso para replicarle. Uno de ellos ha sido Jacob Rees-Mogg. El presidente de European Research Group, una facción euroescéptica del Parlamento a quien apoyan muchos conservadores, ha acusado a Hammond de «alarmista». También le ha achacado estar «constantemente perjudicando al Brexit, lo que le está costando su credibilidad».