El sector más conservador de los anglicanos británicos ha puesto en marcha una campaña de anuncios en los autobuses de Londres en los que afirmaba que «no hay que ser gay para toda la vida», incitando a creer que la homosexualidad es una enfermedad.
El alcalde de Londres, Boris Johnson, reaccionó de inmediato al conocer dichos anuncios y forzó a la compañía de autobuses a rechazar este tipo de publicidad.»Es ofensivo insinuar que ser gay es una enfermedad que uno se puede curar y no estoy dispuesto a aceptar que esa sugerencia sea difundida por Londres a través de nuestros autobuses», declaraba Johnson.
Desde la otra cara de la moneda, protagonizada por el grupo Core Issues, creador de esta iniciativa, se muestran intolerantes a los comportamientos homosexuales, ya que, según afirma su líder, Mike Davidson, «el comportamiento homoerótico es un pecado».
El mensaje tan polémico que pretendían transmitir rezaba «¡No gay! Exgay, postgay y orgulloso. ¡Acéptalo!». En respuesta al ataque homofóbico, el grupo gay Stonewall contestaba con una frase similar en la forma: «Alguna gente es gay. ¡Acéptalo!».
El líder de Core Issues no tardó en protestar ante las reacciones que ha causado su campaña, alegando que lo que están haciendo es una censura. El diputado laborista Chris Bryant y el director de Stonewall, Ben Summerskill, se mostraron, no obstante, de acuerdo con estas declaraciones, ya que admiten que tenían que haber permitido su publicación en nombre de la libertad de expresión.