El Reino Unido ha prohibido que la industria del porno exhiba algunos juegos sexuales considerados “extremos” como la lluvia dorada, los azotes en las nalgas o la penetración con objetos que puedan ser considerados violentos e incluso los abusos verbales y físicos considerados vejatorios. De acuerdo con las nuevas normas los videos porno de pago en la red, deberán someterse a la estricta censura establecida por el British Board of Film Censors (BBFC), que rige para este tipo de material como los DVDs a la venta en los sex shops.
Se trata de una enmienda a la ley que regulaba la pornografía y que ya ha provocado las críticas unánimes de los profesionales que trabajan en este sector. La restricción sólo afectará relativamente a la producción británica por lo que no existe ninguna restricción a los videos porno rodados fuera del Reino Unido.
Aquellos que critican la medida aseguran que lo que de verdad se pretende es «disminuir el placer femenino» y «limitar el fetichismo”
Un portavoz del Departamento de Cultura, Medios de Comunicación y Deportes, el organismo encargado de esta regulación, ha asegurado que «en un convergente mundo multimedia estas medidas deben de ser coherentes», en alusión a la unificación de criterios entre el porno online y el ‘callejero’. En cambio, Jerry Barnett, actual líder de una plataforma anticensura del Reino Unido que ha organizado ya varias campañas críticas hacia este tipo de políticas y ha declarado al diario británico The Guardian que «no hay una explicación racional para estas medidas» y ha hecho una comparación con «juicios morales».
La normativa no parece distinguir entre actividades consentidas entre adultos y las impuestas a uno de los participantes. Los censores han sido acusados de aplicar criterios irracionales y de tratar de imponer un juicio moral a los ciudadanos, con el objetivo final de prohibir totalmente el porno.