Llegó Frieze, una de las ferias de arte contemporáneo más importantes del mundo. Londres saca músculo ante sus competidores internacionales y demuestra una vez más que ocupa uno de los lugares a la cabeza de la vanguardia artística. Desafiando la crisis, la presente edición ha contado con más solicitudes de participación que nunca. Una cuidada selección ha determinado finalmente la presencia de 173 galerías de 33 países que representan a más de 1,000 artistas de primera fila.
La Semana Frieze, como se le ha llamado, desarrolló una actividad frenética, no solo centrada en la feria, sino en las galerías más importantes de la ciudad. Del pasado 13 hasta el 16 de octubre, fueron inauguradas numerosas muestras concebidas especialmente para la ocasión. En tan solo nueve ediciones, la Frieze Art Fair se ha convertido en el escaparate internacional más esperado, siendo la excusa perfecta para miles de visitantes de todo el mundo que acuden a Londres, ciudad convertida en metrópolis Europea del arte.
Como destacó Amanda Sharp, co-directora de la feria, uno de los mayores logros de este año ha sido el significativo aumento de la presencia de artistas y galerías latinoamericanas, ausentes del evento hasta recientes ediciones. El primer encuentro tuvo lugar en el Parque de las Esculturas, situado a escasos metros de la entrada a la feria, un recorrido al aire libre – de acceso gratuito – que ofreció al público la posibilidad única de ver las obras en un entorno natural privilegiado. Entre las doce piezas presentes en esta edición, pudimos encontrar Cartas al Cielo (2011) de la artista española Alicia Framis, una esfera de acero inoxidable de 1,5 m de diámetro, a modo de buzón, donde aparecía grabada la inscripción que le da título. La pieza recrea un acceso al espacio infinito donde el espectador puede depositar sus pensamientos más íntimos y fugaces. De procedencia argentina, la escultora Claudia Fontes presentó Decoy for Andean Condor (2011). Temas de dislocación, colonialismo y migraciones atraviesan su obra. La estrategia de la desaparición de la forma, o su emplazamiento equívoco, son producto de esa reciente estética descolonial que alude y pervierte las estructuras de poder.
Ya en el interior de la feria, una carpa monumental permitió ver las obras bajo el reflejo de la luz natural, y destacó la presencia de dos pioneras de la escena artística española, Helga de Alvear y Juana de Aizpuru, quien fue la principal impulsora de la feria internacional de Madrid, ARCO. Aizpuru presentó en su stand, entre otras, una impresionante pieza del artista alemán Georg Herold, titulada Praise the Lord (2009). Herold alcanzó su fama internacional hace ya más de tres décadas, y destaca por rechazar los materiales tradicionales, creando esculturas con material de ensamblaje, plástico o espuma, con un gran contenido social y político, en tono altamente sarcástico.
La representación mexicana llegó de la mano de la galería Kurimanzutto, donde destacó la instalación del artista Abraham Cruzvillegas, representante de la nueva ola del arte conceptual en México, iniciada en los 90 por Gabriel Orozco. La pieza está ensamblada con objetos encontrados y explora la asociación creativa de los elementos ignorados de la vida cotidiana.
En la sección Frame, la feria ofreció a galerías internacionales con menos de seis años de existencia, la posibilidad de presentar a uno de sus artistas más emergentes. Entre las 26 seleccionadas, destacó la galería colombiana Casas Riegner que presentó al artista Bernardo Ortíz, la argentina Ignacio Liprandi Arte Contemporáneo, con el creador Pablo Accinelli, y la española Maisterravalbuena, representando la obra de Paloma Polo. Mención especial para la galería belga D+T Project que presentó a la artista catalana Elena Bajo, una de las artistas españolas con más proyección en la actualidad. Su trabajo combina instalaciones, esculturas, pintura, performances y eventos participativos donde reflexiona sobre la poética de las ideologías, la temporalidad y la subjetividad.
Para completar esta presencia Latina en Frieze, cabe citar a la artista peruana Ximena Garrido-Lecca, que tras impresionar al público inglés recubriendo de nichos una enorme pared de la Saatchi, volvió de la mano de la Galería Revolver, inaugurada en Lima hace tan solo tres años y que ya se ha convertido en una importante plataforma del arte emergente de su país. Garrido-Lecca, terminó su formación en la Central Saint Martins de Londres y forma parte de los jóvenes artistas emergentes que recrean las tradiciones de sus países de origen en contraste con la cultura dominante. The Walls of Progress (2011) representó la paradoja de los sistemas tradicionales de construcción sirviendo de soporte para exhibir una serie de consignas y logotipos publicitarios de productos de consumo. La obra resalta la tensión entre las viejas tradiciones y las consignas capitalistas que introducen las áreas rurales en un mundo global. De nuevo podemos ver aquí la reivindicación descolonial, retratando la estéril promesa de desarrollo y una mejor calidad de vida en un país que ha sufrido las consecuencias perjudiciales del colonialismo y el imperialismo a través la sombra siempre presente del mundo occidental.
Conciertos, debates, conferencias, actividades para niños y proyecciones completaron la oferta de esta feria, convirtiéndola en uno de los eventos más glamurosos del mundo para la celebración del arte contemporáneo, donde el universo latino tiene cada vez mayor presencia.