La fiebre por los drones, o vehículos aéreos no tripulados, se ha dejado ver en varios sectores muy diversos como el militar, el ocio o la entrega de mercancías, sea cuál sea. Y parece que los prisioneros de la penitenciaria de Pentonville, en Londres, han usado esta última faceta, pues están utilizando drones para introducir drogas y otros materiales de contrabando en la cárcel.
«Los presos aprovechan las ventanas rotas de la prisión para introducir las sustancias mediante los drones» informó el Consejo de Monitoreo Independiente de Pentonville, y aunque ha asegurado que están realizando «todos los esfuerzos» para acabar con el contrabando, la situación de gran parte de las ventanas hace que la prisión sea «porosa» a la entrada de todo tipo de drogas provenientes de la calle.
La pobre situación de la penitenciaria ha hecho que los presos se aprovechen de ella, aumentando el problema con las drogas y con ello, una escalada de violencia y desorden entre rejas. En ese sentido, remplazar cien de estas ventanas rotas «haría una gran diferencia» con el problema del contrabando con drones según el Consejo, qué también ha criticado que no se haya empezado con las reparaciones aunque ya se sabía el problema de estas ventanas desde hace dos años.
Suciedad, drogas y plagas en Pentonville
El contrabando con drones no es el único problema al que se han tenido que enfrentar los funcionarios de Pentonville. Los resultados de las ultimas inspecciones hechas a la prisión han ido decreciendo uno tras otro.
Una celda de la cárcel de Pentonville llena de suciedad y basura (Prisonphone.co.uk)En 2014 se pensó en cerrar Pentonville debido los malos resultados de los informes, que destacaban «la situación de violencia y suciedad, la falta de personal, la presencia de plagas de cucarachas y la abundancia de drogas», pues ya para entonces era tan fácil conseguir estupefacientes en la cárcel que uno de cada seis presos estaban en tratamiento por drogadicción.