Cameron recibe críticas ante las nuevas medidas propuestas sobre la privatización del sistema sanitario británico (NHS). El pasado sábado, el primer ministro británico, David Camerón defendió los recortes en el sector público, donde se incluye la Sanidad, calificándolos de «inevitables» y «urgentes», ya que el Reino Unido está atravesando por una situación económica muy difícil.
Por ello, médicos, enfermeras y otros miembros y grupos relacionados con la salud, iniciaron sus protestas contra la posible privatización del National Health Service (NHS) en manifestaciones programadas a las afueras del Parlamento.
Con el mensaje «Querido Cameron, estás cometiendo un grave error con el NHS» pancartas gigantes se alzan alrededor de la capital británica, subvencionadas con dinero de voluntarios que apoyan la causa. La campaña se recoge en un blog en Internet que pretende cambiar lo que ellos creen que es una injusticia.
Las concentraciones comenzaron el pasado lunes. Para ayer, tenían planeada una sentada enfrente del Parlamento. «Los trabajadores sanitarios temen que la extensión de los mercados tenga un efecto devastador en la atención al cliente, especialmente a aquellos más pobres, que se ven obligados a permanecer en cada vez más largas listas de espera», afirmó Frances O’Grady, vicesecretario general del Trades Union Congress (TUC).
