Ruth Lorenzo, finalista en 2008 del concurso ‘X Factor UK’
Los concursos musicales funcionan como catapultas promocionales para aspirantes a cantantes. Es el caso de la española Ruth Lorenzo, quien gracias a ‘X Factor UK’, se dio a conocer en el panorama musical y permitió que actualmente esté cumpliendo su sueño: vivir de la música. «Pasé por el programa siendo española y sin tener un pueblo que votase por mí. Pasé semana tras semana porque a la gente le gustaba mi voz y no por otro motivo. Me siento muy orgullosa». Y no es para menos. Dejó el pabellón español tan alto que incluso, el entonces primer ministro británico, Gordon Brown, le envió una carta felicitándola. Ya han pasado dos años de su experiencia en ‘X Factor’ y no para de cosechar éxitos y afrontar nuevos proyectos, como su disco, que llegará al mercado en abril.
Al salir del programa firmó con EMI pero tras una serie de reuniones fue la propia Ruth la que rechazó la propuesta de inmediato. «Firmé con EMI pero la discográfica estaba pasando una crisis muy grande y tenía miedo que metieran en un cajón el proyecto. Además, querían hacer conmigo una especie de Celine Dion, orientado mi carrera a un público masculino mayor de 40 años. No era lo que quería». Nadie se imagina a Ruth actuando en un rol similar pues quien conoce un poco su estilo, sabe que tiene una vena rockera que jamás encajaría a bordo del Titanic.
La cantante llegó desde su Murcia natal a Londres exclusivamente para presentarse al concurso y admite que ahora mismo no hay quien la saque de la capital británica, que se siente totalmente adaptada. «El otro día fui a Madrid por trabajo y sentía que había demasiada luz», afirma entre carcajadas. Y es que aunque baraja la idea de volver a España algún día, ahora mismo ni se lo plantea. «Londres es una ciudad que no tiene miedo, donde la gente no está oprimida y no se queda atascada, en la que todo avanza».
En este sentido, la cantante murciana muestras sus dudas con respecto a la industria musical española: «Veo muy difícil hacer cosas en España. Allí hay un interés por pisarte, no por el público, que es impresionante, sino por el mundo de la industria musical. En España no hay una mentalidad de los bancos de peces como en Londres, se lleva el rollo de ir por solitario y ser un poco tiburón. En Reino Unido no se ha notado tanto la crisis porque se han unificado y trabajado en grupo, en conjunto. En España, en cuanto al ‘business’ se refiere, si te pueden pisar, mejor».
Con respecto a la «Ley Sinde» y la piratería la cantante española lo tiene muy claro. «Yo no soy industria musical, yo soy artista. Como artista yo vivo de los conciertos, no de la venta real de un disco, porque el artista de eso se lleva un 2%. Evidentemente yo firmo con una industria musical y no me gustaría que se descargaran los discos. Pero también entiendo que un chaval joven que no tiene trabajo y que vive en casa de sus padres no puede permitirse comprar un disco que vale 16€. En Londres un ‘single’ te lo puedes descargar por menos de una libra y un disco a 6£. Creo que a todo el mundo le gusta tener el disco, con su libreto, pero es que si cuesta 16€… pues no lo compran y lo entiendo. Vivo de conciertos y cuanta más gente escuche mi música, de la forma que sea, más conciertos daré».
Ruth continúa y reafirma que «este problema no lo tienen aquí. En España no se han reinventado musicalmente, no entienden el formato online y es lo que está demandando el público joven. En nuestro país seguimos en un mundo de carcas y tienen que darse cuenta que hay que cambiar. No se dan cuenta que internet es la forma más sencilla de llegar a todo el mundo y están convirtiéndolo en algo negativo y no es así. Hay miedo al cambio y al progreso». Para finalizar la entrevista Ruth Lorenzo nos cuenta sus objetivos a corto plazo: «Primer paso lanzar el ‘single’ en las radios, segundo paso llevar a cabo la gira y el tercer paso lanzar el segundo ‘single’. Avanzar poco a poco pero firme». Está con muchísimas ganas y fuerza, hablar con ella es sentirse positivo. «No hay que tener miedo a sufrir, a arriesgarse, hay que ser camicaces en la vida, lanzarse».