La artista canaria concederá este sábado el último concierto de la gira «A las buenas y a las malas»
La cantautora española Rosana aterriza en Londres este sábado para ofrecer al público londinense un esperadísimo concierto. La artista canaria tenía previsto actuar el pasado 5 de diciembre en la capital británica, pero el concierto tuvo que ser cancelado a causa de la huelga de controladores aéreos en España. Y ahora Rosana llega con más fuerza que nunca para poner el broche de oro al último concierto de la gira «A las buenas y a las malas».
Un tour de casi dos años que ha hecho vibrar los escenarios de dentro y fuera de España con interpretaciones de los últimos temas y de anteriores trabajos. Es seguro que la elogiada compositora de los exitosos ‘El talismán’ o ‘Si tú no estás’ no dejará indiferente a los cientos de asistentes que se espera recibir en Union Chapel. Días antes de su actuación El Ibérico pudo entrevistarla para conocer más detenidamente a la artista femenina nacional con más ventas en la década de los años noventa en España.
A finales de los años 90 vino a Londres para ofrecer un concierto ¿Qué recuerda de aquella experiencia?
La navidad en cada rincón, mucha gente en las calles, eso en cuanto a la ciudad. Y respecto al concierto, gente bailando y riendo intentando chapurrear el castellano, muy divertido y refrescante.
Union Chapel
12 de marzo de 2011
Apertura de puertas: 7 pm
Concierto: 8 pm
www.unionchapel.org.uk
En diciembre de 2010 tenía previsto conceder un concierto pero fue cancelado a causa de la huelga de controladores aéreos. ¿Cómo vivió esos días?
Fatal, con mucha tensión y frustración, imperdonable lo que nos hicieron pasar a mí y a todos los que volábamos en esas fechas.
En este 2011, en el que se cumplen quince años del debut discográfico de ‘Lunas rotas’, lanzará un nuevo álbum después del próximo verano. ¿Puede adelantarnos algo de su nuevo trabajo?
Aún es un poco pronto para adelantar nada, sobre todo porque me encuentro todavía componiendo las canciones que formarán parte del nuevo trabajo, pero estoy feliz e ilusionada, muy ilusionada con lo que me va saliendo y con muchas ganas de salir de nuevo de gira.
¿Cuándo descubrió su vocación por la música?
Desde que tengo uso de razón. Dormía encima de la primera guitarra que me regalaron porque era demasiado pequeña para tocarla (Risas). Compuse mi primera canción, si así se le puede llamar aquello, a los 8 años. Desde siempre la música y yo, yo y la música.
¿Hemos escuchado ya lo mejor de Rosana?
Espero que no. Aún espero poder sorprender para mejor siempre.
¿Tiene algún músico fetiche?
No soy de fetiches. Mis gustos musicales lo abarcan todo, no me pongo límites musicales de ningún tipo, aquello que me emociona, que me hace sentir, que me gusta es bueno escucharlo y sentirlo.
¿Cómo se lleva ser la pequeña de ocho hermanos?
Como todos los pequeños de cada casa, con mucho cariño por parte de todos. A veces demasiada protección, pero sobre todo mucho amor.
Cuándo escribe una letra consigue traducir emociones en palabras de una forma casi mágica, ¿de dónde sale toda esa inspiración?
Escribo lo que sangro, para mi componer va más allá de un trabajo, es una forma de expresar lo que vivo y siento, es parte de mi vida.
Estuvo a punto de tirar a la basura la letra de la canción ‘Si tú no estás’, ¿qué fue lo que no le convenció?
Un amigo que pasaba por allí me preguntó: ¿qué haces? Y le dije que tirar una canción que debería ser muy mala porque había tardado en hacerla lo mismo que se tarda en cantarla. Rebuscó, la leyó y me dijo cántala, y cuando terminé me preguntó donde la iba a tirar para cogerla él (Risas).
La mayoría de sus canciones son intimistas, enérgicas y optimistas. ¿Es esto un reflejo de su vida?
Mi vida es todo eso y espero que algo más.
Según el poeta londinense Lord Byron: «El amor del hombre es algo aparte en su vida, mientras que el de la mujer es su existencia entera». Usted, que ha escrito tanto sobre el amor, ¿está de acuerdo con esta afirmación?
Yo no haría distinciones nunca en cuanto a hombre o mujer, salvo las fisiológicas (Risas). La capacidad de amar no es exclusiva de género alguno.