Cuando una persona conduce un automóvil, tanto su cuerpo como el vehículo mismo tienen lo que se conoce como energía cinética. Cuando el conductor debe parar y presiona los frenos, esa energía se traslada a los frenos en forma de calor, dándole la posibilidad al conductor de detenerse fácilmente. Pero durante un accidente automovilístico repentino e inesperado, el cuerpo de las personas dentro del automóvil termina absorbiendo esa energía y puede provocarles dolor y lesiones, llevándolos a requerir la atención de una clínica de accidentes.
Estos son tan solo algunos ejemplos de lo que puede suceder en diferentes áreas del cuerpo:
Impacto en la cabeza en un accidente
Inmediatamente después del impacto, el cuerpo sigue moviéndose a la velocidad que llevaba antes, aunque el vehículo se haya detenido o haya reducido la velocidad por el choque. Esa velocidad solo se detiene cuando el cuerpo entra en contacto con otro objeto, como el cinturón de seguridad, la bolsa de aire, la puerta del automóvil, el tablero, el parabrisas u otros elementos del automóvil. Por lo mismo, es muy común sufrir golpes en la cabeza, heridas, e incluso trauma en el cerebro. Todos estos impactos pueden traer consecuencias a largo plazo para las víctimas.
Latigazo
Si el vehículo es golpeado por detrás, el cuello del conductor o de sus pasajeros puede moverse súbitamente hacia atrás por el impacto antes de rebotar hacia adelante. Esto se conoce como latigazo cervical y estira los tendones y los músculos del cuello. El latigazo cervical puede causar daños en el cuello, la espalda y la columna vertebral.
Extremidades lesionadas
Los brazos y las piernas normalmente están menos protegidos del movimiento que otras partes del cuerpo durante un choque, lo que significa que pueden entrar en contacto con varias partes del automóvil. Esto puede causar cortes, moretones y fracturas. En ocasiones, también pueden tener contacto con aceites calientes, vapor, humo, o incluso fuego si el auto se incendia, sufriendo quemaduras que van desde primer hasta tercer grado.
Trauma en la parte superior del cuerpo y la columna
La clavícula, que es bastante frágil, es una de las primeras partes de la parte superior del cuerpo que puede lesionarse en un choque, ya que el cinturón de seguridad se encuentra frente a ella. En este punto, la clavícula izquierda o derecha puede romperse, según el lado del automóvil en el que esté sentado. Si se trata de un accidente automovilístico a alta velocidad, las costillas también pueden romperse por el impacto. Dado que las costillas protegen los pulmones, las posibilidades de que un pulmón colapse aumentan drásticamente. Además, el corazón es impulsado hacia adelante con el resto del torso y puede golpear el tórax y las costillas, lastimándose el corazón. Esto puede provocar una gran pérdida de sangre o incluso la muerte instantánea. Los discos entre la columna vertebral también pueden experimentar traumatismos y hernias discales.
Respuesta emocional
Además de las lesiones físicas que el cuerpo puede experimentar durante un accidente automovilístico, el cerebro responde liberando endorfinas y adrenalina para aumentar el estado de alerta físico y facilitar que el cuerpo y la mente manejen el choque. El impacto emocional de un accidente automovilístico también puede ser significativo, ya sea inmediatamente o con el tiempo, especialmente si la víctima sufrió mucho dolor, daño, o la muerte de un ser querido.