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“Querían que entrase a formar parte de su familia como la hermana mayor del niño”

El caso fraudulento de una ‘au pair’ que consiguió trabajo con una familia canadiense residente en Manchester

«La familia vivía a 18 km del centro de Manchester, en Wilmslow Cheshire. Ella tenía 36 años y trabajaba en una cadena de hoteles de lujo y él, de 45 años, ocupaba un puesto directivo en una compañía saudí. Tenían un niño de 4 años y querían que entrase a formar parte de su familia no sólo como su au pair, sino como la hermana mayor del niño.» Así es como recuerda Cristina, nombre ficticio, el primer correo electrónico que le abrió las puertas a su sueño: aprender inglés trabajando como au pair en Reino Unido, una oportunidad con la que muchas chicas, no sólo españolas, sueñan como una buena forma de pasar los meses estivales. Lo que no sabía era que estaba siendo víctima de una estafa, de una nueva clase de timo mucho más sofisticado que el de la estampita u otras muchas clases engaños, trampas o como quiera llamarle cada uno. Y es que ser au pair, en estos días, parece haberse convertido en una profesión de riesgo.

Contacto vía on line

Cristina, que se encuentra a punto finalizar una licenciatura, comenzó a buscar trabajo por Internet el pasado mayo para poder pasar los meses de verano en Inglaterra. Tras pasarse horas frente al ordenador buscando un puesto a su medida, optó por convertirse en au pair: «Es la forma más sencilla de irte de un país a otro con contrato, con alojamiento y sin necesidad de preocuparte por temas como la comida. Además, te da la oportunidad de perfeccionar el idioma con de una forma mucho más fácil que siendo, por ejemplo, camarera».

Tras conocer varias experiencias buenas, como la de Inés, una compañera de residencia de sus primeros años de carrera, Cristina decidió evitar las agencias especializadas en au pairs: «Suelen cobrarte unos 300 euros, más o menos, por hacer algo que hoy en día puede hacerse utilizando Internet, así que no me parecían una buena opción». De este modo, y a base de clics, rellenó varios perfiles en distintas páginas dedicadas a este sector: Findaupair.com, Aupair-world.net, Newaupair.com…etc. Días después comenzó a recibir varias propuestas y, entre éstas, la mencionada: una familia canadiense residente en Manchester le ofrecía pagarle 350 libras por cuidar y atender a su hijo 6 horas diarias.

«Reconozco que la oferta me sorprendió mucho y que estuve a punto de rehusarla. El sueldo me parecía un poco exagerado y más cuando sabía que las au pairs no reciben, por lo general, más de 120 euros semanales. Sin embargo, me parecieron personas serias. Me pidieron un currículum, una fotografía y una carta de presentación, y me dijeron que analizarían el perfil con su abogado», recuerda la joven.

-Requisitos para trabajar como au pair: Ser joven, preferiblemente mujer, y tener entre 17 y 30 años
-Tareas propias de una au pair:Realización de pequeños trabajos domésticos, relacionados con el cuidado de los niños (aseo, planchado de ropa, recoger las cosas de éste, etc.).
-Duración de los contratos: Oscila entre un mínimo de tres meses- generalmente los correspondientes a la temporada estival- y un máximo dos años.
-Legislación que regula este tipo de puestos: Acuerdo Europeo sobre la colocación «Au Pair» (Estrasburgo el 24 de noviembre de 1969).

La trampa

Poco tiempo después, Cristina recibió noticias de la familia: «Llegaron a enviarme fotos de ellos y del niño. Se ofrecían a pagarme el vuelo a Reino Unido, querían que me incorporase cuanto antes y que permaneciese con ellos un mínimo de tres meses. Nada parecía fuera de lo normal hasta que me enviaron el contrato.» Cristina debía firmarlo y enviar una copia a la UK Home Office para que ellos le diesen «permiso». Es entonces cuando comenzaron las sospechas: el supuesto ministerio le pedía que enviase un giro postal a su nombre de 1.500 euros en concepto de fianza para que pudiese demostrar que poseía dinero suficiente para mantenerse en el país hasta el cobro de su primer sueldo.

«Sabía que siendo ciudadana europea no necesitaba nada más que el DNI y la tarjeta sanitaria europea para trabajar tanto en Reino Unido. Por eso decidí no pagar.» Cristina esperó al lunes: «Cuando recibí la notificación era viernes y pensé en esperar al lunes y llamar a la Embajada Británica en Madrid, puesto que la contestación de la Home Office me parecía muy confusa para mí; se la envié incluso a mi prima, quien me la tradujo y aumentó mis sospechas sobre la supuesta legalidad del procedimiento a seguir». La Embajada remitió a Cristina al Consulado Español en Londres. Éste sin dejar lugar a dudas, citó la palabra estafa. «Por una parte me parecía increíble, pero por otra, creí que era imposible que alguien fuese capaz de ello. Volví a llamar a la Embajada Británica donde me dijeron que era un caso habitual y que denunciara el fraude a la policía», puntualizó la joven.

«A día de hoy, me siento afortunada por no haber pagado y espero que después de dar parte a las autoridades, puedan localizarles y evitar que otras chicas sean engañadas como casi lo fui yo», concluye Cristina, añadiendo que «decenas de chicas buscan trabajo por Internet como au pairs y muchas son estafadas, sin embargo a nadie le interesa controlar ni lo más mínimo este mercado».

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