Me encuentro aquí en el «Aeropuerto Internacional Jinnah» a punto de regresar a Londres, mi lugar de residencia, y estoy observando a mi alrededor a la vez que pensando lo vivido estos días y todo me parece surrealista, es como si hubiera estado viendo una película las 24 horas o incluso me atrevería a decir, que me siento un personaje de la misma. Venir a Karachi y tener la oportunidad de ser partícipe de una boda típica pakistaní ha sido, sin duda, una experiencia muy enriquecedora. Las bodas aquí duran días y cada día es un nuevo espectáculo. La primera celebración a la que asistí se llama Mehndi. Esta celebración la organizan los familiares de la novia. Tanto los amigos como los familiares de los novios preparan bailes con canciones típicas para las bodas y actúan en el escenario preparado para la ocasión. Estas personas han estado semanas tras semanas ensayando para la boda, es todo un ritual. En esta primera ceremonia, la familia del novio trae aceite, henna y dulces y los presenta a los novios, que están sentados en una especie de altar decorado con una elegancia exquisita donde los colores que predominan son el amarillo y verde, incluyendo el vestido de la novia.
La segunda celebración se llama Shadi y en este caso es la familia del novio quien la organiza. El novio se sienta en el altar y la familia de la novia la lleva hacia él. Después llevan leche para los recién casados y esconden el zapato de la novia. El novio tiene que pagar dinero y después tomar el zapato. Una vez terminada la velada, los recién casados salen hacia el coche mientras la familia de la novia pone el Corán encima de la cabeza de ésta para que la proteja durante toda su vida.
La tercera celebración se llama Walima. En esta ocasión la familia del novio organiza la ceremonia y aquí ya se da por terminada la boda. La verdad es que me sentí como en un película de «Bollywood» o quizás debería decir «Lollywood» (es la industria de cine autóctona con sede en Lahore, que actualmente produce más de 40 películas al año).
¡Qué bonitos y elegantes vestidos llevan las mujeres, llenos de pedrería, color y alegría! Y por supuesto, para ir acorde con la ocasión decidí comprarme yo también un vestido típico, rojo y negro con topos para darle «un toque español».
Y, ¿qué decir de la gastronomía? La cocina pakistaní es semejante a la hindú, pero menos condimentada. Desde mi punto de vista es exquisita, bastante picante, eso sí, pero llena de sabor y color, y los postres están deliciosos. Al igual que en la India, se suele tomar una bebida elaborada a base de yogur frío batido con agua llamado lassi, que puede ser dulce o salado.
Haber tenido la oportunidad de estar con una familia pakistaní y vivir con ellos el día a día ha sido una experiencia inolvidable. Tengo que decir que, a pesar de que Pakistán vive unos momentos delicados, nunca me he sentido más segura, rodeada por gente que me protegía y que abrieron sus hogares con una hospitalidad desmesurada. Tienen ese lado humano que les caracteriza y lo hacen simplemente porque son así. Me siento conmovida de lo acogida que me he sentido en todo momento y lo que la gente se ha llegado a desvivir por mí.
Allá donde iba siempre me hacían las mismas preguntas. Al decir que era española, inmediatamente recibía las felicitaciones correspondientes por haber ganado el mundial de fútbol y seguidamente añadían que habían oído hablar muy bien de España y de los españoles.
Antes de finalizar este artículo quiero profundizar en la importancia que tiene el entender otras culturas y religiones, así como distintos estilos de vida y costumbres, ya que cuando las cosas se ven desde dentro existe una perspectiva muy diferente de porqué cada sociedad actúa de la forma que actúa. Desgraciadamente la situación política de este país no es muy buena y la gente debe vivir acorde con la situación que hay. Esperemos que, Dios mediante, Pakistán y sus gentes vuelvan a ver el resplandor que se merecen como nación.
Yo me case aquí con un pakistaní y me case aquí. Después fui a conocer a la familia y la acogida el cariño y puedo decir que dan lo que no tienen. Ahora me gustaría tenerlos Aquí