Según un informe del Centre for Retail Research (CRR), una media de 47 tiendas cerraron cada día -y para siempre- el año pasado en Reino Unido. En cifras totales, unas 17.145 tiendas en todo el 2022. En comparación con las cifras del 2021 (11.449), estos números suponen un aumento de casi el 50% con respecto a esa época en la que aún tenía efecto la pandemia del coronavirus.
Además, el CRR también ha revelado que esto ha afectado a los puestos de trabajo. Y es que en 2022 se perdieron 151.474 puestos en el comercio minorista en todo el Reino Unido, un 43% más que los 105.727 puestos que se perdieron en 2021.
El Consorcio Británico de Minoristas (BRC, por sus siglas en inglés) manifestó que 2022 había sido «un año excepcionalmente difícil tanto para los consumidores como para los minoristas», situando el volumen de ventas por debajo del de 2021. En 2022 los costes subieron para todos los actores debido a los problemas en la cadena de suministro y la altísima inflación causada por la guerra de Ucrania.
Razones por las que cerraron tantas tiendas en Reino Unido
En cuanto a los motivos, el informe refleja que 5.509 de las tiendas que cerraron fue porque los minoristas quebraron o se declararon insolventes. Otras 11.636 tuvieron que cerrar como parte de los programas de reducción de costes de los grandes minoristas o simplemente porque cada dueño decidió cerrar su negocio. Algunos de los minoristas que se declararon en quiebra fueron la cadena de ropa Joules y la cadena de tiendas McColl’s.
El profesor Joshua Bamfield, director del CRR, dijo: «Más que el fracaso empresarial, la racionalización parece ser ahora el principal motor de los cierres. Los minoristas siguen reduciendo a buen ritmo su base de costes». No obstante, aunque espera que la tendencia continúe este año, añade en referencia a las empresas más grandes: «Es muy posible que también quiebren algunos grandes».
Sin embargo, se espera que en el 2023 la inflación se ralentice y vuelva la confianza de los consumidores para que las ventas crezcan, como se prevé, entre un 2,3% y un 3,5%. Así lo explicó Kris Hamer, director de información del BRC: «Hay motivos para el optimismo en la segunda mitad de 2023. Para entonces esperamos que la inflación disminuya y la mejora de la confianza de los consumidores se traduzca en una mejora del crecimiento de las ventas y de los volúmenes correspondientes».