Tras la detección de un caso de ébola confirmado en una sanitaria española, los países vecinos y el resto de la Unión Europea se mantienen en alerta pero, sobre todo, están trabajando para evitar la expansión del virus y su contagio en otras ciudades que pongan en riesgo a más personas. Para ello, el Reino Unido, que es considerado el tercer país de mayor riesgo después de España y Francia, trabaja para tomar las medidas sanitarias necesarias que impidan cualquier tipo de contagio.
Por ello, ayer miércoles, el primer ministro británico, David Cameron, organizó una reunión de urgencia para tratar el tema, poner en situación a los hospitales ingleses y disponer una serie de medidas, lo suficientemente eficientes, en los diferentes aeropuertos del país. Así, el subsecretario Norman Baker, sostiene que se tomarán las decisiones necesarias para que los ciudadanos se sientan protegidos.
El Servicio Nacional de Salud Británico pidió ayer que se extreme la precaución ante posibles pacientes que acudan con síntomas a los hospitales ingleses y además que se revise el historial médico del personal sanitario que ha acudido a realizar labores humanitarios en lugares como Sierra Leona. Aunque se sostiene que la posibilidad de contagio sigue siendo baja, han de estar pendientes de posibles síntomas que no son normales en el día a día.