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Reino Unido para trabajar, España para jubilarse

«Mi hijo se ha ido a estudiar a Francia», «Pues el mío está trabajando en Londres»; «mi tío ahora ha encontrado un trabajo en Hamburgo», «mi amiga se fue con otra a Inglaterra a aprender inglés y las dos se han quedado»… Sí, hablar de los que se fueron es el tema principal en toda «comidilla» de patio que se pueda dar en España.

Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha del 1 de enero del 2012, el número de personas con nacionalidad española que residen en el extranjero alcanza la cifra de 1.816.835, en referencia a los números recogidos por el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE). Esto supone un incremento del 6.7% (114.057 personas) respecto a los datos a 1 de enero de 2011. Los españoles que eligieron Reino Unido también fueron en ascenso el último año ya que en 2011 se registró un aumento de inmigrantes españoles a las Islas Británicas del 85%. Sin embargo, lo que menos es sabido es que al igual que los españoles emigran en busca de empleo, muchos retirados procedentes de otros países europeos deciden establecerse en España para pasar el resto de sus días, tras obtener la jubilación.

La costa española ha sido el reclamo de extranjeros y es uno de los destinos más populares entre los turistas europeos. Benidorm, Lloret de Mar, Torrevieja y Palma de Mallorca están probablemente entre las ciudades más populares entre los extranjeros que vienen a España a pasar un fin de semana, a pesar de que las pocas palabras que estos puedan chapurrear sean sangría, «paela» y «grasias». Después de una de estas visitas turísticas, hay muchos que toman la decisión de hacer de España su destino de jubilación.

La mayoría de estos jubilados instalados en España proceden de Londres, Manchester, Hamburgo, Berlín, París y Dublín, como refleja el estudio Migración internacional de retirados en España: impactos, identidades e integración dirigido por Vicente Rodríguez, experto del Consejo Superior de Investigaciones Científica (CSIC). Los residentes ingleses en España se han multiplicado por 22 en esta década. Una situación que se ha generalizado a lo largo del litoral español, hasta el punto de que, según un estudio reciente realizado por la fundación Real Instituto Elcano, ocho provincias del litoral mediterráneo acumulan más del 90% de los inmigrantes mayores de 55 años procedentes de estos países europeos. Se trata de Alicante, Málaga y Almería, que concentran dos tercios del total. Baleares, Las Palmas, Tenerife, Gerona, y Murcia, son los lugares donde vive el resto de inmigrantes europeos. Además, la mayoría no sólo se instala en algún municipio español, con preferencia por las costas, sino que venden sus viviendas habituales.

Puntos a favor

Lo que atrae a esta masa de jubilados a nuestro país es un sin fin de ventajas. Para empezar, estos se benefician de la Seguridad Social Española. Para los residentes británicos jubilados es gratis y muchos de los medicamentos que requieren receta en España están disponibles en farmacias y son mucho más baratos. Según indica un informe diseñado por el Tribunal de Cuentas español, en el que detectó un «abuso» de los turistas extranjeros en el Sistema Nacional de Salud, la asistencia que España sirve a asegurados a cargo de Reino Unido, Alemania y Francia representa el 70% del importe total.

Uno de los problemas de esta inmigración europea es su tendencia a no empadronarse en el ayuntamiento (Padrón Municipal de Habitantes), siendo éste el instrumento básico de planificación y toma de decisiones económicas, sociales y políticas en el ámbito local español. Tratándose de jubilados, la negativa al empadronamiento suele deberse al deseo de mantener el acceso a servicios y los derechos en su país de procedencia, en previsión de un posible retorno. En la mayoría de los casos no se empadronan para no pagar impuestos, porque no están integrados (no hablan el idioma), por desconocimiento o porque no quieren perder los derechos sociales en sus países de origen.

Hoy en día los pensionistas europeos, sobre todo los británicos, lo están viendo más difícil ya que debido a la crisis, el cambio de libra esterlina a euro no les beneficia tanto como hace unos años. Sin embargo el clima cálido de España, la calidad de vida, la comida y el humor de la gente española sigue convenciéndolos por completo. Como ellos siempre han dicho, y tienen razón: «Spain is different».

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