Un estudio realizado en 2019 por la UNESCO demuestra que, aunque compleja, la relación entre las remesas y la educación es globalmente positiva. Y es que aunque, en general, el impacto positivo de las remesas es indiscutible, a menudo no se analiza lo suficiente su impacto en la educación. Quizá, por la compleja naturaleza de las remesas.
Al igual que los trabajadores migrantes pueden ayudar a pagar préstamos, facturas médicas o impulsar la inversión, su migración también puede provocar gastos de traslado y alterar la dinámica familiar. Sin embargo, hay pruebas sustanciales que demuestran que la mayoría de las familias de los países de renta media y baja que reciben remesas utilizan estos envíos de dinero para ayudar a mantener a sus hijos en la escuela y para que sigan formándose.
Las remeses y su tremendo impacto en la Educación de Latinoamérica
En la propia Latinoamérica, vemos muchos ejemplos de este impacto. En 2018, los hogares receptores de remesas en Lima y Guatemala triplicaron su presupuesto para educación. Esto viene a decir que las remesas pueden ayudar a los niños a permanecer en la escuela. Incluso, si los fondos no se están utilizando expresamente para la inversión educativa.
En la propia Latinoamérica, vemos muchos ejemplos de este impacto. En 2018, los hogares receptores de remesas en Lima y Guatemala triplicaron su presupuesto para educación.
Lo que es cierto es que cuando las familias no tienen que preocuparse por llegar a fin de mes, es más probable que sus hijos puedan seguir educándose. Por ejemplo, los niños de 6 a 17 años de la República Dominicana tenían más probabilidades de asistir a la escuela si sus familias recibían remesas, según el estudio de la Unesco.
La conexión entre las remesas y la educación tiene un efecto positivo en la economía nacional, especialmente a largo plazo. Los jóvenes que completan su educación formal, gracias al aumento de la financiación, tienen más oportunidades de desarrollar su mente y sus habilidades. Y de esta forma contribuir al desarrollo de la sociedad a través del liderazgo. Una población mejor educada también contribuye al crecimiento económico, la reducción de la pobreza, la mejora de la calidad de vida y al aumento de la inversión en capital humano.
Sin embargo, según el gráfico del Banco Mundial, todavía hay más de 63 millones de niños que no asisten a la escuela primaria. La pregunta es: ¿Cómo ayudar a aumentar el gasto en educación ahora que se ha establecido un patrón? Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas son muy claros: reducir el coste global de las remesas.