Ayer, los trabajadores de Royal Mail iniciaron el primer día de los 19 que planean estar en huelga. Hoy, la empresa postal ha anunciado que reducirá la plantilla debido a las pérdidas financieras que achaca a la huelga. Ha dicho que suprimirá hasta 6.000 puestos de trabajo para agosto del año que viene. Los directivos han pedido al Sindicato de Trabajadores de la Comunicación (CWU) que se sienten a dialogar. El director ejecutivo, Simon Thompson, ha señalado que los despidos previstos son un «mínimo», pero que podrían producirse más de prolongase la huelga actual.
La empresa postal, que emplea a unas 140.000 personas, ha comunicado su objetivo de reducir su plantilla en un total de 10.000 personas. La mayor parte de los recortes se harán mediante despidos, mientras que el resto se logrará a través del desgaste natural. La empresa ha dicho que la medida es una respuesta al «impacto de la acción industrial, los retrasos en la entrega de las mejoras de productividad acordadas y los menores volúmenes de paquetes». Thompson se ha lamentado de tener que tomar esta decisión y ha asegurado que evitarán al máximo los despidos forzosos así como apoyarán a los afectados.
“Hoy hemos anunciado pérdidas de 219 millones de libras en el primer semestre del año”, ha declarado Thompson. Esto supone un descenso con respecto al beneficio de 235 millones de libras del año anterior, incluyendo un golpe de aproximadamente 70 millones de libras de tres días de huelga, según la empresa. International Distributions Services (IDS), el grupo matriz de Royal Mail, ha declarado que se espera que la compañía pierda 350 millones de libras esterlinas este año tras verse afectada por la huelga, aunque podría aumentar 100 millones más si los clientes se cambian de lugar tras la huelga. “Cada día de huelga debilita nuestra situación financiera. La decisión del CWU de optar por una huelga perjudicial en lugar de una resolución aumenta, lamentablemente, el riesgo de nuevas reducciones de plantilla”, ha añadido el director ejecutivo.
El CWU pide reunirse con el Consejo de Administración de Royal Mail
Dave Ward, jefe del CWU, ha condenado la medida como resultado de una «flagrante mala gestión y una agenda empresarial fallida». Ha señalado que la empresa debería abandonar esta “estrategia de reducción de activos” y centrarse en la ventaja competitiva de realizar entregas a 32 millones de direcciones en todo el país.
“El CWU pide una reunión urgente con el Consejo de Administración y presentará un plan de negocio alternativo en esa reunión. Este anuncio está pidiendo un rescate a los trabajadores de correos para que emprendan acciones legales contra un enfoque empresarial que no beneficia a los trabajadores, a los clientes ni al futuro de Royal Mail. Esta no es forma de construir una empresa», ha concluido Ward.
