«London is the greatest city in the world». Con esta frase, tras dar las gracias, comenzaba su aceptación del cargo el nuevo mayor de Londres, Sadiq Khan.
Haciendo un paralelismo con su biografía quiso reflejar lo que a priori significará su mandato: Ofrecer a cada londinense las oportunidades que Londres le brindó a él, a su familia. Every londoner. Every single londoner. Palabras estas últimas en las que insistió durante su discurso. Todo londinense, cada londinense. Sin discriminación. Con igualdad. Sin diferencia.
Promesas de un alcalde distinto
Durante la campaña, cuatro fueron los puntos prioritarios de Khan:
Vivienda
Quizás el más ambicioso. Ha propuesto usar la tierra perteneciente al ayuntamiento para construir nuevas viviendas de precio asequible, así como para prolongar y mejorar las infraestructuras del metro.
Transporte
En relación con el metro de Londres está también su segunda gran medida: Congelar las tarifas del transporte público de la ciudad, prometiendo rotundo que en 2020 ningún londinense pagará más de lo que paga ahora.
También incrementará los carriles bici.
Seguridad
Por otra parte, pretende hacer a Londres más segura («Not just being safe, but feeling safe»), centrándose sobre todo en el vandalismo, promoviendo proyectos de cara a disminuir la delincuencia juvenil y las pandillas.
Medioambiente
Y ya por último, las medidas ecológicas («Clean air and a healthier city»). Algunas de las cuales ciertamente impresionan, como la peatonalización de la calle Oxford, o la Ultra-Low Emmision Zone, algo parecido a lo que hizo con gran revuelo Manuela Carmena en Madrid, dificultando el tránsito de los vehículos más contaminantes por las vías principales de la ciudad. Se comprarán, además, solo autobuses eléctricos o de hidrógeno para contribuir con los fabricantes que invierten en este sector, colaborando también con empresas para la plantación de grandes zonas de árboles.
Esperanza frente al miedo, Unidad frente a la división
Dos frases que resumen una ideología, una campaña. Hope over fear en cuanto a la guerra sucia que usó su opositor y todos aquellos que quisieron derribarle jugando la baza de su religión, el islamismo, intentando asociarle en una táctica deleznable (los mismos tories, tras ver los resultados, han acabado por reconocerlo) a tendencias extremistas para intentar jugar con el miedo de la población y el pánico que despierta la reactualizada yihad. Unity over division con respecto a las políticas de secesión, principalmente el referéndum, pero también en otras cuestiones como raza, creencias y estratos económicos; unidad que plasma aquello que ha venido significando, y debe significar, la capital británica, todo un conglomerado heterogéneo en el que la pluralidad se influencie recíprocamente, se fusione, se amalgame, se enriquezca, cobrando entonces pleno sentido el título de este artículo, las ocho primeras palabras de Sadiq Khan como alcalde de Londres.
