En un reciente acto realizado en Stratford el primer ministro Británico, David Cameron, alertó del daño económico que supondría para Gran Bretaña votar SI en la consulta sobre la independencia de Escocia. En opinión del líder del partido Tory, la «marca UK», una de las mejores valoradas internacionalmente, quedaría gravemente afectada si finalmente dicho territorio opta por la constitución de un estado propio. Por su parte, otros cargos políticos presentes en el mismo acto aludieron a cuestiones más sentimentales, como el diputado conservador Rory Stewart, que justificó la permanencia de Escocia en la Unión «por amor a Gran Bretaña». Este acto tiene lugar en el marco de la campaña Better together, bajo la cual los principales partidos del Reino Unido se han asociado para defender la continuidad de la Unión. Por su parte, el líder del SNP, Álex Salmond, continúa con su operación de difusión del conocido como «Libro blanco», que busca hacer públicas las ventajas que en su opinión un estado independiente representaría para sus ciudadanos. Hasta tal punto se ha intensificado ésta que recientemente, en una maniobra un tanto surrealista, el sector pro nacionalista llegó a rebautizar al popular monstruo del lago Ness como «Yessie», atribuyéndose el voto de tan peculiar ser.
La hoja de ruta de Escocia está definitivamente perfilada. El primer y decisivo paso será la votación, que tendrá lugar el 18 de septiembre. Aquellos que acudan a las urnas deberán contestar a la pregunta ¿Debería ser Escocia un país independiente?, y una de las novedades de la consulta es que los jóvenes de 16 y 17 años podrán votar en ella. En caso de que se obtenga un resultado positivo, se abriría un período de negociaciones que incluiría temas de complicado tratamiento, como el reparto de la deuda pública o el uso o no por parte de Escocia de la libra esterlina. Dicho país sería reconocido como independiente el 24 de marzo de 2016. Cabe remarcar que el 7 de mayo de 2015 se celebrarán elecciones generales, dándose la posibilidad de constituir un Parlamento para un país cuya estructura variará radicalmente en menos de un año.
La intensificación de ambas campañas coincide con la última encuesta dada a conocer por YouGov, en la cual se refleja un aumento en el soporte a la independencia. Un 36% de los votantes optarían por el SI en la consulta, cinco puntos por encima respecto al resultado previo. El apoyo a la continuidad se ha reducido ligeramente, y un 44% de los ciudadanos se decantarían por permanecer en el Reino Unido. El carismático líder Alex Salmond ha intensificado la parte social de su campaña, prometiendo mayores prestaciones por desempleo y maternidad, lo que le ha canjeado un mayor apoyo entre las clases trabajadoras. Sin embargo, la salida de Escocia de la Unión Europea en caso de separación del Reino Unido ha levantado las suspicacias entre los más jóvenes, que pasan por ser los mayores defensores de la institución comunitaria y que ven con recelo la causa nacionalista, así como entre el sector empresarial, que sigue denunciando la falta de información en materia fiscal. En cualquier caso, todos los analistas siguen coincidiendo en que la clave sigue siendo el sector de indecisos, ya que esa quinta parte de la población que todavía no se ha posicionado será la clave para conocer el futuro de Gran Bretaña. Por otro lado, la misma encuesta refleja un aumento de ingleses y galeses que desean que Escocia permanezca en la Unión, con un 54% de ellos optando por el mantenimiento del Reino Unido, frente a un 24% que preferirían una separación de ambos países.