En la sociedad actual, pocas veces las personas se atreven a pasar más allá de lo públicamente aceptable. No nos permitimos el lujo de hablar, ni mucho menos de sentir, y más aún, si lo que tratamos es la sexualidad. Cuando se dicen palabras como orgasmo, sexo oral, sexo anal, masturbación, etc., entra el pánico y nuestra mente se cierra en banda. ¡No permitamos que esto ocurra!
Un aspecto muy concreto que afecta a las parejas es el de las posturas a la hora llevar a cabo la penetración vaginal. Hoy en día, la mayor parte de las mujeres obtienen un placer mucho mayor con la estimulación del clítoris, estableciendo la penetración como una práctica exclusivamente deseada por ellos, y que se lleva a cabo por pura rutina. Para establecer un equilibrio, ¿existe alguna manera de obtener más placer en la penetración vaginal? Afortunadamente… ¡Sí! Las posturas son un buen modo de obtener una penetración más profunda, en la que la base del pene llegue hasta encajar en la vagina, y con ello una experiencia más placentera. Hay varias técnicas concretas:
Misionero:¿Una posición aburrida? ¡Todo lo contrario! La clave está en la posición de las piernas de la mujer. Cuanto más arriba, más lejos llegará la cabeza del pene. ¿Qué es lo bueno? Que hay distintos niveles y eso nos permite “jugar” más durante la penetración.
De pie: Muchas personas se piensan que hay que tener músculos de acero o ser un deportista de élite… ¡Y nada más lejos de la realidad! Es una postura muy placentera, lo único que hay que hacer es buscar un punto de apoyo o realizar algunos cambios en la posición de nuestro cuerpo, adaptándonos al espacio… ¡Y a disfrutar!
[pullquote]Cuando se dicen palabras como orgasmo, sexo oral, sexo anal, masturbación, etc., entra el pánico y nuestra mente se cierra en banda. ¡No permitamos que esto ocurra![/pullquote]
“Perrito” o “a cuatro patas”: Una postura por lo general, más utilizada de lo que en realidad se confirma. Socialmente está mal considerada, asociada a prácticas deshonestas o a las películas pornográficas… ¿Por qué? Aunque parezca que no, la mujer está en una posición de poder, pues con rítmicos movimientos de cadera, puede controlar perfectamente el placer. Si no hay una coordinación, la solución es bastante sencilla… ¡Práctica!
“La vaquera”: Un nombre muy sugerente para una postura también muy placentera. El papel protagonista es el de la mujer. Sentada sobre el pene y de cara a su pareja, puede controlar el placer de varias formas: sobre las manos de su pareja, probando varias alturas corporales o simplemente dejándose llevar. Es una posición en la que se consigue una penetración muy profunda.
Sentados: En una superficie cómoda, con la debida paciencia y práctica.. ¡Es una de las posturas en las que el placer está asegurado!
Acurrucados: Una postura para las parejas que estén más “pegadas”. En este caso, los dos miembros de la pareja se tumban, el hombre detrás de la mujer, de esa manera controla el placer y la penetración es profunda.
[pullquote]Las posturas nos permiten establecer un “juego” muy interesante con nuestra pareja, pues en algunas el control es para el hombre, en otras para la mujer, y en otras es mutuo[/pullquote]
Este tipo de técnicas presentan dos características importantes. Por un lado, nos permiten establecer un “juego” muy interesante con nuestra pareja, pues en algunas el control es para el hombre, en otras para la mujer, y en otras es mutuo. Disfrutamos con nuestra pareja, nos conocemos mejor y experimentamos un placer muchas veces inesperado. Otra cuestión importante es la diversidad que presentan, es decir, la variedad con la que una pareja cuenta para desarrollar y sentir más placer en sus relaciones sexuales. Hay para todos los gustos y estos sólo son algunos ejemplos, porque siempre depende de lo le guste a cada persona y lo que quiera hacer a lo largo de su vida.
¿Qué hacer si se sufren molestias?
Es lógico que puedan surgir, puesto que algunas posturas no son fáciles. Hay un dato importante, y es que la cavidad vaginal es diferente en cada mujer, por lo que su adaptación a la hora de la penetración también. Si el tamaño del pene es mayor que el de la vagina, es posible que la cabeza del falo roce con el cuello del útero y esto moleste en diferente grado a la mujer. En este caso, lo correcto es encontrar una postura en la que la penetración sea profunda, pero sin llegar a rozar el cuello del útero.
Por otra parte, la comunicación con nuestra pareja es fundamental para expresar lo que una persona desea y siente, lo que gusta y lo que no. Con esto, se evitan conflictos internos y externos, y se llega a un entendimiento mutuo que ayuda a llegar a un equilibrio en las relaciones sexuales de pareja.
La base de nuestra sexualidad está en aceptarse a uno mismo, en establecer un equilibrio entre nuestros deseos, limitaciones y gustos, respetando lo que uno mismo quiere y lo que desean los demás. La incertidumbre siempre da miedo y siempre puede poner nervioso/a, pero, como muy bien dijo Sócrates: “Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia”. Conócete y triunfarás.