Su cara ha sido un poema cuando la ha visto. Primero se ha girado para saber quién llevaba los cascos a todo volumen y ha sido entonces cuando la ha descubierto ahí, apenas a dos metros de él, susurrando “Someone like you”, el estribillo que los Kings of Leon le cantaban al oído.
Eran las 7 y 34 minutos de la mañana en la parada del 14 en Putney Bridge. Habría pasado desapercibida si no fuera por la insultante frescura con la que esperaba el autobús. El día empezaba para el resto y terminaba solo para ella. El conductor ha podido escuchar con nitidez “Someone like me” cuando con parsimonia todos han empezado a entrar.
Ella ha subido al segundo piso y se ha sentado en la primera fila, en el asiento de la derecha. Ha empezado a marcar con el pie derecho el ritmo de los Kings. No se ha dado cuenta de que él se ha sentado a su izquierda, que sus abrigos están en contacto y que la observa. A la altura de Chelsea, un frenazo consigue lo que él ha intentado las últimas 20 paradas, que lo mire.
Con la mano simulando ser una bandeja, ella le da a entender que ha sido una sorpresa agradable encontrarlo de nuevo.
– ¿Algún fantasma que atrapar hoy?
La noche que se conocieron ella respondió “Cazafantasmas” antes de que él llegara a preguntarle a qué se dedicaba.
– No, ninguno todavía, pero la sensación al cruzarse con uno debe ser muy parecida a la que tengo ahora mismo.
Rieron, no dijeron nada y lo insinuaron todo. Se intercambiaron los números de teléfono como quien dice “hasta luego”. Él sintió esa mañana que entraba 10 centímetros más alto a la oficina. Ella pensó en cambiar el turno en el hospital para poder verlo el fin de semana.
Es una historia sencilla pero muy facil de leer y para dejar volar la imaginación. Me gusta