Siria no despierta de su pesadilla. La guerra en el país islámico, que comenzó hace más de 15 meses, se ha cobrado más de 10.000 muertos según la ONU. Siria sigue la senda que dejó la primavera árabe donde las revoluciones en Túnez, Egipto y Libia derrocaron a sus respectivos regímenes. Durante el último mes el reportero gráfico español Daniel Leal (cuya fotografía se encuentra al principio de este artículo) ha estado cubriendo el conflicto en la parte norte del país con el ejército rebelde. Sus fotografías han viajado por las páginas de Le Monde, The Guardian, Los Angeles Times o Lebanon Times, entre otros grande periódicos, para mostrar la realidad siria. De vuelta a Londres nos cuenta su experiencia.
¿En qué situación te has encontrado Siria?
La situación es bastante mala. En Siria el 80% de la población no apoya el régimen. Las batallas continúan por todo el país, no en la capital, Damasco, porque está muy protegida, pero sí en los alrededores. Cada día mueren 20 o 30 personas y cuando yo dejé el país la media era de unas 40 personas. Hay localidades en las que la gente tiene dificultades para ir al trabajo y está viviendo gracias a las ayudas de otros países y de familiares de fuera.
¿Cómo es caminar por esos pueblos o ciudades?
Si eres extranjero es muy difícil moverse por Siria. A no ser que vayas con el ejército rebelde las posibilidades de que te detengan son muy altas, incluso en pueblos.
¿Qué puede significar que te detengan?
Los rebeldes me dijeron que me podrían matar o que me encarcelarían durante unos días y, como trabajo para medios de comunicación extranjeros, intentarían liberarme y sacarme del país.
¿Cómo está actuando el gobierno del régimen?
Actualmente lo que hace el régimen es intimidar al ejército rebelde. Han quemado muchas casas de gente que apoya la revolución. Si saben de un pueblo donde se hacen manifestaciones lo normal es que sea atacado durante la noche. En Al Atarib por ejemplo, había francotiradores controlando el centro del pueblo. Estando allí nos encontramos con un chico al que habían disparado en una pierna simplemente por pasar por una calle.
¿Crees que la información que nos llega a Europa se ajusta a la realidad que has vivido?
Sí. Se aleja más de la realidad lo que afirma el régimen: que todos los ataques son terroristas.
«Esta revolución
quiere una democracia
y que se respeten el resto
de las religiones, pero desean
que el presidente sea suní»
«Todos los días me
lo recriminaban,
me decían: ¿Por qué España
no hace nada? ¿Por qué
Europa no nos ayuda?»
El pasado mes de abril la ONU firmó un acuerdo con el gobierno sirio en el cual se establecían las condiciones del despliegue de Observadores Internacionales que verificaran el alto el fuego en el país. ¿Crees que es posible la paz a corto plazo en Siria?
No. Ese pacto no ha traído paz. El gobierno ha llegado a atacar lugares en los que había observadores de la ONU. Hace poco uno de los ataques tocó un coche de la ONU. El régimen ha ignorado el pacto, sobre todo en puntos muy tensos del país.
En la primavera revolucionaria vivida el año pasado, Túnez, Egipto y Libia consiguieron obtener la democracia. ¿Crees queSiria será la próxima democracia islámica?
Estoy convencido de que se va a conseguir. Esto no se puede parar. Pero nadie imaginaba que el conflicto pudiera durar tanto. Pensaban que la comunidad internacional les iba a ayudar. El ejército rebelde está desanimado, pero saben que se va a lograr la libertad e instaurar una democracia.
Los altos cargos del régimen pertenecen a la rama del islam chiita, sin embargo la comunidad suni constituye las tres cuartas partes del país ¿Hasta qué punto la rivalidad entre estas comunidades ha llegado a agravar el conflicto?
Es cierto que esa situación empeora el problema. Al mando del país están los alawitas, pertenecientes a la rama chiita y los cuales odian a los suníes. Cada uno interpreta el Corán de manera diferente. He oído a muchos rebeldes decir que les están matando porque son musulmanes. Esta revolución quiere una democracia y que se respeten el resto de las religiones, pero desean que el presidente sea suní.
La represión del gobierno de Bashar Al-Assad ha causado más de 10.000 muertos y medio millón de personas han huido del país para evitar la violencia ¿Siguen los sirios con ganas de manifestarse?
Sí, la gente sigue luchando por la democracia. Quieren votar por su presidente y no quieren a Bashar Al-Assad porque saben lo que ha hecho y lo que está haciendo. La diferencia, es que ahora no solo lo quieren fuera del poder, ahora lo quieren muerto.
¿Por qué crees que Europa intervino rápidamente en Libia y sin embargo se está manteniendo al margen del conflicto sirio?
Mi primera hipótesis es el petróleo. Libia tiene mucho petróleo y Siria no. La otra es que Gadafi ya había descontentado a muchos dirigentes internacionales y cuando estalló la revolución fue el momento perfecto para quitarlo y apoderarse de lo que tuviese Libia. Otra de las razones por la que en mi opinión Europa no ha actuado es porque Bashar y Siria nunca han dado problemas a Israel y puede que si hubiera un cambio de gobierno, Israel pudiera tener problemas en las relaciones con Siria.
¿Cómo vive el ejército rebelde que Europa no les haya apoyado?
Todos los días me lo recriminaban. Me decían: «¿Por qué España no hace nada? ¿Por qué Europa no nos ayuda? ¿Cómo puede ser que estemos muriendo diariamente y nadie nos este apoyando? Si no venís vosotros lo hará Al Qaeda y a ellos no les queremos aquí». Se está creando un sentimiento de descontento en contra de Europa porque nadie les está ayudando. La ONU cuenta ya 15.000 muertos en este conflicto, ellos dicen que hay muchos más. Si les ayudamos hoy pensarán que ha sido demasiado tarde. Yo también lo creo así.
¿Qué tipo de personas forma el ejército Libre de Siria (ejército de oposición al régimen)?
En Siria es obligatorio el entrenamiento militar durante 2 años, pero a esa gente todo eso le queda muy lejos. La mayoría son padres de familia que han reunido dinero y vendido propiedades para comprar armas. Otra parte del ejército rebelde son los desertores que han dejado el ejército sirio para apoyar la revolución y por último estudiantes que se han unido a la lucha.
¿Qué armamento tiene el ejército rebelde?
Es ridículo. Nada que ver con el del ejército del régimen. Un Ak-47 no puede hacer nada a un tanque. El ejército rebelde tiene las balas contadas y nadie dispara al aire si no es necesario. El armamento que poseen es de defensa más que de ataque. La gente tiene un 9mm por si tiene que defenderse, pero no pueden atacar a no ser que la situación en batalla se lo ponga fácil.
¿Qué probabilidades hay de derrocar a un régimen de esta forma?
Si no hay ayuda internacional no hay posibilidades de que los rebeldes quiten al régimen por la fuerza.
A pesar de la opresión del régimen el pueblo sirio sigue protestando ¿Cómo son esas manifestaciones?
Son muy interesantes. Las plazas se llenan de pancartas y se oyen canciones en contra del régimen. La gente se juega la vida para protestar porque en algunos pueblos es muy peligroso manifestarse. Pero para ellos son muy importantes, les da energías para seguir luchando. Los activistas las graban y las suben por Skype a canales de tv para que en otros pueblos sepan que se están manifestando.
«El armamento del ejército
rebelde es ridículo, nada que
ver con el del ejército del régimen.
Un Ak-47 no puede hacer nada
a un tanque»
«Un día en la iglesia oramos por
Siria. En ese momento tuve un
sentimiento muy fuerte y sabía
que tenía que hacer algo
práctico por ellos»
El régimen sirio ha perseguido y asesinado a muchos periodistas que se encontraban en el país cubriendo el conflicto ¿Has tomado alguna precaución al respecto?
Yo intentaba moverme de un lugar a otro para evitar que los espías informaran al ejército. Porque incluso en los pueblos rebeldes hay gente que no apoya la revolución. Yo mido dos metros y voy siempre con mi cámara, la voz se corría rápido. De todas formas el ejército rebelde me ha apoyado en todo momento. Cuando llegué a Al Atarib me quedé sorprendido: Un hombre de 50 años se me acercó y me dijo: «Tranquilo Dani, que para llegar a ti primero tienen que pasar por mí».
¿Qué foto te llevas de Siria?
Me llevo la foto de un hombre que perdió a dos de sus hermanos pequeños en una emboscada. En ella el ejército del régimen mató a diez personas, ocho de ellos civiles. En el pueblo donde estaba escuchamos los disparos esa mañana y por la tarde recibimos los cuerpos. Tuve que sacar las fotos a los muertos, porque quería mostrar al mundo que en Siria se está viviendo una guerra. En ese momento pensé que tenía el peor trabajo del mundo. Hice las fotos y salieron en los medios de comunicación, pero ese hombre estaba destrozado y esas muertes, aunque se consiga la democracia, no se borran. Esa gente ha perdido hermanos.
¿Qué motivaciones te llevaron a Siria?
La mayor motivación que tuve fue espiritual. Soy cristiano y un día en la iglesia oramos por Siria. En ese momento tuve un sentimiento muy fuerte y sabía que tenía que hacer algo práctico por ellos. Orando le dije a Dios que si él quería que fuese allí que me ayudara. En menos de cuatro días, y sin apenas buscarlo, todo se dio para que fuera a Siria. Conocí a una activista siria que me proporcionó toda la información que necesitaba y recibí ayuda económica de gente de mi iglesia para los vuelos y para pagar a quienes me ayudaron a cruzar la frontera.
¿Por qué has vuelto a Londres?
Lo que más me influyó es que llegó un momento en el que tampoco podía hacer tanto. El problema de Siria para los reporteros es que es muy difícil moverse. Cinco kilómetros de un pueblo a otro marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Distancias que se podrían cubrir en una hora, nosotros necesitábamos cinco horas para evitar ser descubiertos por el ejército del régimen. Un mes cansa y además las últimas fotos que saqué las agencias no las utilizaron. He salido para tomar fuerzas y volver a entrar.
¿Sabía la embajada española que estabas en Siria cubriendo el conflicto?
Mi hermano se comunicó con ellos vía mail. La respuesta fue clara y en negrita: «La embajada española aconseja a todos los españoles que se encuentran en Siria, especialmente a aquellos que estén trabajando con los rebeldes en el norte, que abandonen el país inmediatamente». Al día siguiente, estando en esa zona, nos tirotearon y las balas nos rozaron. No te imaginas cómo me acordé de ese mail.