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Steve Mccurry, el fotoperiodismo con mayúsculas

La galería fotográfica Beetles & Huxley de Londres dedica su espacio a uno de los grandes fotoperiodistas contemporáneos: Steve McCurry  , que expone allí su trabajo entre el 24 de febrero y el 19 de marzo.

Tal vez el nombre de este fotoperiodista no sea conocido por el gran público, pero si nos referimos a la icónica  “Niña afgana”, su fotografía más conocida, probablemente la memoria devuelva el retrato de una muchacha de ojos verdes que dirige su poderosa mirada hacia el autor de la fotografía, que no es otro que Steve McCurry.

En la exposición de la calle Swallow se puede disfrutar tanto de este retrato, como de otros menos conocidos pero igual de impactantes de su etapa en Afganistán o de sus múltiples viajes a la India y al Tíbet, por poner algún ejemplo.

McCurry, que actualmente es uno de los fotógrafos de la agencia Magnum Photos, se dedica desde hace más de treinta años al fotoperiodismo al que llegó de manera casual, cuando trabajando para un periódico universitario descubrió su pasión por relatar historias a través de la cámara. Según sus propias palabras, “lo que es importante para mi trabajo es la fotografía individual. Fotografío historias por encargo y por supuesto cuando se colocan juntas debe hacerse de manera coherente. Pero lo más importante es que cada fotografía se sostiene por si sola, con su propio lugar y sentimiento”.

Este estadounidense descubrió al mundo occidental las interioridades de la Guerra de Afganistán, cuando en 1979 habiéndose prohibido el acceso a la prensa, él atravesó la frontera vestido como un local. Una vez dentro, viajó a lo largo del país con los milicianos afganos para cubrir su lucha armada. Sus fotos fueron pioneras en retratar el conflicto y le valieron el premio Robert Capa.

Además del conflicto afgano, Steve McCurry ha fotografiado las Guerras del Líbano, de Camboya o la del Golfo, de la que está expuesta otra famosa toma que muestra unos camellos hambrientos ante los pozos de petróleo en llamas; o la imagen de la Zona Cero el día después del ataque al World Trade Center de Nueva York.

Según McCurry, para ser un buen fotógrafo no es necesario viajar al otro extremo del planeta, pero sí es imprescindible estar dispuesto a salir de la zona de confort y explorar, así como ser tenaz y estar comprometido con el proyecto, principios a los que sin duda ha sido fiel.

“The Afgan girl”, la trascendencia de una fotografía

En 1984 McCurry se encontraba cubriendo un reportaje sobre los campos de refugiados en la frontera de Afganistán con Pakistán por encargo de la revista National Geographic. Fue allí donde fotografió a una muchacha de unos 12 años que se convertiría en una de las imágenes icónicas del siglo XX.

Tal fue el impacto causado por la anónima protagonista, que McCurry y un equipo de National Geographic se aventuraron en 2002 en un viaje de regreso a Afganistán para encontrar a Sharbat Gula, convertida ya en una mujer de 30 años. National Geographic volvió a publicar en portada la fotografía original, junto a la que McCurry captó de Sharbat dieciocho años después del famoso primer retrato

Como anécdota, junto al retrato expuesto en la galería se puede leer que la famosa imágen iba a ser descartada, siendo otra en la que Sharbat aparece con la cara semi-cubierta la escogida por el fotógrafo para aparecer en la revista. Pero el editor de National Geographic, Bill Garett, revisando los descartes del fotógrafo, cambió la escogida por la actualmente famosa imágen.

Más allá de las anécdotas, el rostro de Sharbat Gula se convirtió en la imágen humana de los conflictos en Oriente Medio.

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