«In un placete de La Mancha of which nombre no quiero remembrearme, vivía, not so long ago, uno de esos gentlemen who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua, a skinny caballo y un grayhound para el chase». Ésta es sin duda la más polémica traducción de la obra insignia del español, El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, realizada por el traductor Llan Stavans.
Llan es, entre otras cosas, lingüista del Amherst College, en Massachusetts, y se le ve como un controvertido intelectual, comentarista cultural, profesor y hombre de letras conocido sobre todo por su pasión por las culturas estadounidense, hispana y judía. Personalmente, le admiro muchísimo pero no puedo estar de acuerdo con él sobre la traducción de esta obra única en el mundo. ¿Por qué habrá hecho esto? Y según tengo entendido, ¡tiene previsto traducirla al completo! A pesar de que Stavans dice que, «ya existen proyectos de codificación sintáctica», y advierte que «hay una curiosidad imparable», yo quiero pensar en que no habrá un avance del spanglish, pues creo que es un fenómeno pasajero que afecta a un cierto número de hispanohablantes que intentan expresarse en inglés sin tener un dominio del mismo. La normal, bajo mi punto de vista, es hablar las dos lenguas correctamente que para eso existen, por separado.
Volviendo al tema del spanglish, parece ser que los primeros indicios de su existencia surgen durante la primera mitad del siglo XIX, a raíz de la concurrencia de dos naciones y dos culturas diferentes. ¿Quién no ha oído hablar de los Pachucos? Seguramente mucha gente, sin embargo, parece ser que fueron ellos los que dieron origen al spanglish, un argot único que unió palabras y frases, creativamente aplicando la terminología formal española, e imaginativamente adaptando palabras de préstamo inglesas.
En fin, que aquí tenemos una gran polémica con el spanglish, el cual se oye, no solamente en los Estados Unidos sino en otros lugares del mundo, y sin ir más lejos, puedo decir que en Londres lo he oído bastante, por desgracia, en varias ocasiones, y no solamente a personas de Latinoamérica sino también de España. Seguro que muchos de vosotros estaréis cansados de oír expresiones como «parquear el carro», «poner un ticket» o aún peor, «chequear». En inglés, sería «to park the car», «to give a fine» o «check». Y en español, «aparcar el coche», «poner una multa» o «comprobar». Como se puede ver, la influencia del inglés es obvia y personalmente, debo añadir que me duelen los oídos cuando oigo hablar así.
¿Por qué? Porque me parece que es una forma muy cruel de distorsionar y destruir un idioma. ¿Qué necesidad hay de crear una lengua desde la base de dos de las lenguas más habladas del mundo? ¡Con lo rica que es la lengua española! ¡Y lo útil que es la lengua inglesa!