Por Laura González Collado
Cuando hace casi medio año comenzó a anunciarse la película, más de un fan del Hombre Araña se llevó las manos a la cabeza. El hecho de que volvieran a empezar otra vez esta saga del superhéroe parecía ser una locura. Con principio diferente, Spider-Man nuevo (Andrew Garfield), chica distinta, Gwen Stacy (Emma Stone) y otros actores para los papeles de tía May (Sally Field) y tío Ben (Martin Sheen), esta cuarta entrega y reinicio de Spider-Man resulta verdaderamente sorprendente.
Todo comienza cuando un pequeño Peter Parker descubre, jugando al escondite, que en el despacho de su padre pasa algo raro. Alguien ha entrado en él, pero parece que no ha conseguido encontrar lo que buscaba. Por ello, sus padres le llevan a casa de sus tíos y, tras una fugaz despedida, desaparecen en la oscuridad. Años después en el instituto Peter es el típico adolescente estudioso que pasa desapercibido. Sin embargo, cuando encuentra el maletín de su padre, todo cambia. Lo que halla en él le llevará a buscar al antiguo compañero de su progenitor, el doctor Curtis Connors (Rhys Ifans) y posterior villano, el Lagarto, al laboratorio Oscorp, donde es mordido por una araña modificada genéticamente. Desde ese instante adquiere una serie de habilidades que ha de aprender a controlar pues, como se decía en las anteriores entregas, «un gran poder conlleva una gran responsabilidad». Pero como suele ocurrir, siempre hay algún detonante que hace que estos superhéroes comiencen a serlo. La muerte de su tío Ben a manos de un ladrón hará que Peter se convierta en el Vengador Enmascarado, como le llaman los policías; el auténtico Spider-Man.
Dirigida por el estadounidense Marc Webb, The Amazing Spider-Man no solo es una película que está bastante bien, sino que además es la mejor de las realizadas hasta ahora sobre el Hombre Araña. A diferencia de las otras tres de Sam Raimi, que dejan sin resolver muchas incógnitas, sobre todo en relación a los orígenes de Peter Parker, este filme aporta una convincente explicación a esta y otras cuestiones.
En cuanto al reparto, el actor Andrew Garfield está mucho mejor en el papel protagonista que su antecesor, Tobey Maguire, a quienes muchos fans de Spider-Man no acababan de ver con el traje del superhéroe de Marvel. Por su parte, en esta ocasión Kristen Dunst (Mary Jane) da paso a Emma Stone, que es la elección perfecta para interpretar a Gwen Stacy, el primer amor del Hombre Araña. La actriz que está tan de moda últimamente es un gran punto a favor, ya que está más que a la altura de las circunstancias y muy por encima de la angelical Bryce Dallas Howard en la tercera entrega. Los nuevos tíos de Peter, a los que dan vida Sally Field y Martin Sheen, también están bastante bien, además de Rhys Ifans (el doctor Connors y el Lagarto) quien se mete de lleno en el papel de científico que, por una buena causa, acaba convirtiéndose en su propio experimento y en el villano reptil de Spider-Man, el Lagarto.
Todo esto hace que The Amazing Spider-Man se convierta no sólo en una de las mejores opciones para los cinéfilos y amantes de cómics este verano, sino que logra que este nuevo comienzo del Hombre Araña sea un filme bastante digno, y quede muy por encima de las tres películas anteriores.