El rey durante su viaje a Botsuana, el que desató la crisis en la Casa Real. / Imaginevo.La Casa Real Española no atraviesa su mejor momento y los últimos acontecimientos relacionados con el caso Noos, en el que el juez José Castro pretende imputar a la Infanta Cristina en la causa, poco ayudan
Los problemas para la Corona comenzaron en diciembre del 2011 cuando el juez decidió levantar el secreto de sumario de Noos, tras meses de investigación y como pieza separada del caso Palma Arena, e imputar al yerno del Rey Juan Carlos, Iñaki Urdangarin, por supuestas prácticas delictivas como presidente del Instituto Noos y su conglomerado de empresas (malversación de caudales públicos, falsedad documental, fraude a la Administración y prevaricación).
A partir de ese momento, se empiezan a mirar con lupa los movimientos de la Casa Real, sus declaraciones, apariciones e incluso sus desplazamientos. El Rey hace mención a una justicia igual para todos en su discurso de Navidad en diciembre de 2011, el ex-jugador de balonmano declara en los juzgados de Palma en febrero de 2012 y España se revoluciona unos meses más tarde cuando se hace público que el Rey ha estado de caza mayor en Botsuana en un viaje privado. Mientras, el gobierno Popular aplica una dramática política de recortes a los servicios sociales, desliz que obliga al mismo monarca a una disculpa pública sin precedentes: «Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir».
El goteo de los correos electrónicos que el ex-socio de Urdangarin, Diego Torres, presenta en el juzgado a lo largo de 2012 apunta a que la Infanta Cristina estaba al corriente de las operaciones de su marido y el Rey también cancela el sueldo que él mismo asignaba a su hija menor aunque esta sigue siendo miembro de la Casa Real, no así su marido. Desde entonces y pese a la discreción, o low profile como dirían los ingleses, de todos los miembros de la familia Real española, la imagen de la monarquía no ha mejorado.
Una encuesta realizada en diciembre del año pasado por Sigma Dos para el diario El Mundo sitúa a Don Juan Carlos como el miembro más impopular de los Borbones. Mientras que en 2010 un 76% de los encuestados valoraba de forma positiva el desempeño de Su Majestad, tan solo un 50% lo consideraba exitoso un año después. A su vez, un 53,8% seguía prefiriendo la monarquía como forma de organización del estado, mientras que un 41% mostraba su rechazo, especialmente entre los jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y 29 años.
Mirando a la monarquía británica y salvando las distancias culturales, parece que hay algo que la española no está haciendo bien. La cadena de televisión británica BBC emitía en el mes de marzo un documental dedicado al Príncipe Guillermo, futuro heredero de la corona, ejercitando su profesión de piloto de rescate. El príncipe participó en este programa por considerarlo oportuno como un miembro más del escuadrón de rescate, así lo confirmaba un portavoz de la Casa Real británica. La Reina Isabel se deja ver en actos públicos bastante a menudo, a veces junto a la Duquesa de Cambridge, y el Príncipe Enrique tiene también sus espacios en los informativos. Los dos hermanos gestionan una ONG a la que se ha unido Catalina y recientemente se hacía público que la princesa podría lanzar su propia firma de ropa para aumentar los ingresos de esta organización. Por el contrario, en España tiene mayor repercusión un viaje de Doña Letizia a Miami para una posible operación estética que su agenda como Princesa de Asturias.
Por su parte, el Ejecutivo del PP ha pasado de dejar fuera de la Ley de Transparencia a la Casa Real en abril del 2012 aludiendo a otras monarquías europeas (¡Qué mejor motivo que ese!) a acordar, por iniciativa de esta última, hacer públicos los contratos, gastos en viajes, seguridad, mantenimiento de palacios y uso de vehículos oficiales tras media docena de reuniones e intercambio de documentos entre el Gobierno y La Zarzuela. Así, la Familia Real se incorporará a la Ley con un estatus diferenciado, no como una Administración Pública sino como una institución similar al Senado o al Congreso, según informaba el diario El País el pasado 6 de abril.
Mientras tanto, Iñaki Urdangarin comunica al Rey su decisión de irse a trabajar a Catar con el todavía actual seleccionador español de balonmano Valera Ribera y desde la Zarzuela se insiste en la voluntad de «ser más transparentes» y «tener mayor contacto con el ciudadano» y añaden que «no se podían quedar fuera» en esta ley de transparencia. Más bien no, con la que está cayendo.